Divino espacio
Partido flojo del Barcelona que se mantuvo competitivo hasta el último momento para conseguir la victoria.
Actitudes que suman. El Celta planteó muchísimas dificultades a un Barcelona que sabiendo el resultado del Madrid tenía que salir a por todas. Pero Berizzo montó un sistema de juego que tanto descolocó a los blaugrana como hizo que su equipo supiera competir de tú a tú a todo un Barcelona. De las muchas cosas que hicieron bien los locales cabe resaltar el marcaje o reducción de espacios para Messi.
Fue curioso observar cómo cuando el astro argentino buscaba aproximarse al esférico recibía automáticamente la marca de un rival que lo seguía casi como un marcaje al hombre. No era un marcaje al hombre convencional, porque según la zona, el encargado era uno u otro. Pero cabe resaltar cuando esta misión la asumía Fontàs, porque en ningún caso ocurría cuando Messi se situaba en la zona de delantero centro, sino cuando trataba de situarse de media punta abandonando su posición en la izquierda. Entonces el catalán abandonaba su puesto de central para presionar a Messi incluso antes de que el blaugrana recibiera la pelota. Con la urgencia de que más que quitarle el esférico lo que se pretendía es que el posible pasador renunciara a dársela. Bien pensado, si un punta baja su posición para generar superioridad numérica en el centro del campo, lo lógico es que el rival adelante un jugador sobrante de la defensa para equilibrar el número de jugadores.
Y eso fue un buen sistema sin que los blaugrana pudieran aprovechar con alguna diagonal el espacio generado en el centro de la defensa azulgrana. Pero lo curioso es que si este movimiento parecía interesante y dice mucho de la planificación de los partidos de Berizzo, su ejecución obligaba a que las líneas del Celta automáticamente tuvieran la distancia ideal y que el escalonamiento de los jugadores para tapar los espacios fuese perfecta.
De nuevo Piqué. Da gusto ver desenvolverse a Piqué en los últimos encuentros. Hay gente que dice que parece que ha vuelto a su mejor nivel. Yo me atrevo a decir que si hablamos del Piqué defensa estamos ha- blando del mejor Piqué, incluso por encima de épocas pasadas. Se le ve más concienciado en esta labor, sabiendo que ya no tiene el salvavidas que suponía disponer de Carles Puyol a su lado. Él ha asumido el liderazgo a que le obligaba su experiencia y su calidad convirtiéndose en el salvador en los momentos clave. Mostrándose en todo momento concentrado, intenso, agresivo y siempre bien posicionado. En este Barcelona vertical que a veces le cuesta encontrar los espacios y cede la iniciativa se está convirtiendo en el jugador clave. Puede que todo ello tenga su lógica, y le impida tener la mente fina para la elaboración de la jugada. Pero tal como juega ahora el Barcelona es mucho más interesante este Piqué que el de antaño.
Xavi para generar juego. Al de Terrassa lo situamos en muchas partes del planeta, pero todavía tiene mucho que decir con su fútbol de alto nivel. Mientras el Barcelona no supo exprimir la verticalidad debido al magnífico planteamiento de Berizzo y a la poca manejabilidad del balón por parte de los blaugrana, la imagen del líder dejó mucho que desear. Mientras el trabajo de Luis Suárez fue continuo tratando de fijar la pelota en el campo rival, Neymar mostró una desconexión preocupante. Pero seguro que en la mente de Luis Enrique se contabilizaba el desgaste físico que pasaría factura al Celta durante la segunda mitad.
Y claro, en la medida en la que no se aprovechan los espacios porque son pocos y no se descubren, lo mejor es tener jugadores que sean capaces de generarlos con su juego. Y si hay un especialista en el mundo en esta materia, es Xavi.