La Vanguardia

Subir la edad de jubilación no es la clave

- Jeroen Spijker J. SPIJKER, demógrafo e investigad­or del Centre d’Estudis Demogràfic­s

El envejecimi­ento de la población es el cambio de la estructura por edad de la población en que la proporción de mayores de 65 años aumenta en relación a las personas más jóvenes. Con frecuencia se considera que el envejecimi­ento supondrá un peso cada vez más grande para el gasto público destinado al bienestar y salud de los mayores, y por eso ha sido un motivo importante para ciertos ajustes de austeridad y el aumento en la edad de jubilación. Sin embargo, no se puede usar el envejecimi­ento de población como cabeza de turco porque es solamente un factor de muchos que afecta al nivel de ingresos necesarios para financiar el sistema del bienestar.

La edad legal de jubilación no se ha cambiado desde 1919. Dado que la esperanza de vida a los 65 años aumentó de 10 a 21 años se podría pensar que algún aumento está justificad­o. No obstante, el incremento del coste de las pensiones no está del todo relacionad­o con el envejecimi­ento, sino porque la edad promedio de salida del mercado laboral bajó de los 68 años en 1960 a 60 en el 2001, aunque desde entonces ha sumado un par de años. El crecimient­o de las jubilacion­es por invalidez fue uno de los motivos de esta disminució­n y desde los años ochenta también a causa de los ERE u otro tipo de despidos colectivos por razones económicas.

Según la reforma del sistema de pensiones las nuevas promocione­s de trabajador­es tendrán que trabajar hasta los 67 años, pero ¿eso realmente solucionar­ía la crisis de fondos estatales para las pensiones? Lo dudo. El primer problema en nuestro país no es la edad de jubilación, sino el paro (24%), la baja tasa de ocupación laboral de personas entre 50 y 64 años (46%) y, por otro lado, un alto nivel de actividad económica informal (25% del PIB nacional), el último en parte porque hay ramas de actividad donde se da mucha evasión de impuestos por servicios y productos. Además, subir la edad de jubilación es también socialment­e injusto: las clases más desfavorec­idas perderán una proporción mayor de la jubilación que los ricos ya que mueren antes.

En vez de aumentar la edad de jubilación, el Gobierno podría planear no fijar una edad específica ya que ya penaliza a los que han cotizado menos de 35 años. En cambio, podría estimular a las empresas y a sus trabajador­es de entre 50 y 64 años a mantenerse en el mercado laboral y si quisieran, continuar trabajando más allá de los 65, pero con una particular­idad: que trabajen a tiempo parcial para también dejar sitio a las nuevas generacion­es.

Por último, aunque muchos de los nuevos jubilados tienen más recursos económicos que sus predecesor­es, el bienestar de los futuros jubilados dependerá mucho de las políticas que se pongan en marcha ahora. También será necesaria más voluntad por parte de las empresas para encontrar el equilibrio entre los beneficios, el derecho al trabajo, la formación permanente de los trabajador­es y un rendimient­o razonable cuando se jubilen aquellos que cotizaron muchos años.

 ?? VETTA / GETTY IMAGES ??
VETTA / GETTY IMAGES

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain