Atenas evita pedir ayuda económica a Moscú y disipa el temor de la UE
Tsipras sugiere levantar sanciones a Rusia y Putin propone a Grecia grandes obras
El primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, ha llegado a Moscú en un momento crítico en sus negociaciones con la Unión Europea acerca de su deuda. Se ha especulado con que Rusia, y también China y tal vez Estados Unidos, podrían entrar dentro de un plan B del Gobierno antiausteridad de Grecia. Pero tras la reunión de ayer con el presidente ruso, Vladímir Putin, las especulaciones de que el nuevo gobierno radical de Atenas se iba a echar en brazos del Kremlin no se cumplieron. Ni Grecia pidió ayuda financiera a Rusia, ni Rusia levantó el embargo a la importación de los productos agropecuarios griegos.
Tsipras repitió varias veces delante de su anfitrión que con esta visita se iniciaba una “nueva primavera en las relaciones ruso-griegas”. Y volvió a señalar que el Gobierno de Atenas se opone a las sanciones que la Unión Europea, como otros países occidenta- les, impuso a Rusia el año pasado por la anexión de Crimea y por su papel en la crisis de Ucrania. Para resolver esta situación “hay que abandonar el círculo vicioso de las sanciones”, señaló Tsipras.
Vladímir Putin apuntó que el intercambio comercial entre Rusia y Grecia se redujo el año pasado un 40% respecto al 2013. El sector agropecuario griego sufrió, reconoció Tsipras, con el embargo ruso a los productos fres- cos de la UE. “Pero entendemos que fue la respuesta a unas sanciones con las que no estamos de acuerdo”.
El primer ministro griego recalcó que Grecia es un país “soberano con derechos inalienables” y que, a pesar de las obligaciones que le impone su pertenencia a la UE, “tiene derecho a desarrollar sus relaciones internacionales y económicas en interés del pueblo griego”.
Salía así al paso de las preguntas de los periodistas y a una advertencia del presidente del Parlamento Europeo, el alemán Martin Schulz antes de la visita. Pero eso no significa de momento un giro geopolítico que ponga a Grecia en la órbita de Rusia.
Es cierto que Atenas se ha acercado a Moscú con el objetivo de mejorar su maltrecha situación económica. Y que puede lograrlo con los compromisos de colaboración que ayer firmaron ambos gobiernos y que en el futuro se pueden traducir en inversiones rusas en el país heleno.
El premier griego y el presiden- te ruso señalaron que a ambos les interesa colaborar en la construcción de infraestructuras como puertos y aeropuertos o gasoductos. Esa sería la forma de que los rublos rusos fluyesen hacia aguas del Egeo en forma de créditos. Pero, como señaló el presidente Putin, se trata de propuestas que hay que estudiar, impulsadas eso sí por la voluntad política. Pero eso no solucionaría las necesidades inmediatas de Grecia, y están pensadas para el largo plazo.
El ejemplo que se puso sobre la mesa en el encuentro con los periodistas fue la construcción de un gasoducto que sea continuación de la tubería que llevará gas natural ruso hasta Turquía. “Hemos tratado la perspectiva de realizar un gran proyecto de infraestructura, lo que nosotros llamamos la Corriente Turca, que es un proyecto clave para transportar a través de Turquía el gas ruso a los Balcanes, y tal vez a Italia y Europa Central”, manifestó el presidente Putin.
EL AMIGO TSIPRAS “Para resolver la crisis de Ucrania hay que abandonar las sanciones a Rusia”
EL AMIGO PUTIN El Gobierno ruso propone a Grecia grandes proyectos en infraestructuras
En palabras del presidente de Rusia, el proyecto permitiría a Grecia convertirse en uno de los principales centros de distribución de energía del continente y ayudaría a atraer una gran inversión a la economía griega, así como a crear puestos de trabajo.
Que finalmente se lleve a cabo, depende de las instancias económicas de ambos países y “de la de- cisión soberana del Gobierno de Grecia”.
Lo que no fue cierto ayer es que con la visita de Tsipras, quien asumió el poder a finales del pasado enero, el enemigo se vaya a meter dentro de la UE. El líder ruso desmintió que Rusia se vaya a convertir en un caballo de Troya para dividir la Unión. “Podríamos haberlo sido si hubiésemos sido nosotros los que hubiésemos ido allí. Pero no es así. Sim- plemente nosotros estamos abiertos a las propuestas que nos hagan y que puedan beneficiar a nuestro pueblo”, señaló Putin en la rueda de prensa en el Kremlin.
“La parte griega no se ha dirigido a nosotros con ninguna petición de ayuda. Hemos discutido cooperación en varios sectores de la economía, incluida la posibilidad de desarrollar importantes proyectos energéticos”, apuntó el mandatario ruso.
“Grecia no es un mendigo que recorre los países pidiéndoles que resuelvan su problema económico, una crisis que no sólo afecta a Grecia, sino que es europea”, apuntó Tsipras.
La visita del premier griego a Moscú se produce en un momento crucial. Atenas negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea el plan de reformas económicas que le permita desbloquear 7.200 millones de euros (de un programa de 240.000) con los que sortearía la bancarrota.
El ministro de Finanzas griego, Yanis Varufakis, aseguró el martes a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, que Atenas efectuaría el pago de 458 millones de euros como parte de la ayuda recibida de ese organismo. El plazo para realizar este pago se cumple hoy jueves. Pero ayer Grecia pudo vender bonos por valor de 1.138 millones de euros para seguir a flote.
Con la crisis ucraniana de fondo y las relaciones en niveles de guerra fría, la desconfianza hacia Rusia en la UE es enorme. Aun así, Putin prometió: “No pretendemos aprovecharnos de una situación interna de la UE. Queremos trabajar con el conjunto de Europa”.
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