La Vanguardia

Arrestado un policía blanco por matar a tiros a un negro desarmado

Conmoción en Estados Unidos por un nuevo homicidio con trasfondo racial

- JORDI BARBETA

La noticia no es que un policía blanco mate a un hombre negro desarmado, porque eso desgraciad­amente ocurre con frecuencia en Estados Unidos. La novedad es que por una vez y sin que sirva de precedente el policía va a ser acusado de homicidio. Eso es lo que cambia la historia y lo que ha convertido el suceso en un trascenden­tal acontecimi­ento.

Los hechos ocurrieron el sábado en North Charleston, Carolina del Sur. El agente Michael T. Slager, de 33 años, detuvo a Walter L. Scott, de 50, al parecer por conducir un vehículo con un faro estropeado. Como suelen declarar todos los policías para justificar sus disparos, el agente Slager aseguró que temió por su vida cuando Scott le hubo arrebatado la pistola que provoca descargas eléctricas.

Sin embargo, un vecino grabó con su móvil toda la secuencia, que resulta estremeced­ora y que desmiente la versión policial. En el vídeo, aparecen Slager y Scott primero hablando. Luego Scott huye. El agente le dispara por la espalda ocho veces. Y con el cuerpo de Scott abatido en el suelo, el agente deja caer un objeto que parece ser la pistola eléctrica. Llama por radio a su comisaría y explica: “Disparos, sujeto caído. Me quitó la Taser”. Taser es como se denomina la pistola eléctrica.

La jurisprude­ncia del Tribunal Supremo de Estados Unidos señala que un oficial puede disparar a un sospechoso que huye sólo cuando “representa una amenaza significat­iva de muerte o lesiones físicas graves para el agente o los demás”. Scott cayó abatido a varios metros de distancia del agente. De los ocho disparos, le alcanzaron cinco, cuatro por la espalda. Scott huía, según su familia, por temor a que le metieran otra vez en la cárcel por sus retrasos en el pago a su ex mujer de la pensión alimentici­a de los cuatro hijos de ambos. La madre de sus hijos se ha quedado sin pensión para siempre.

El suceso, que ocurrió el sábado, apenas mereció la atención de la prensa local, pero trascendió el martes cuando el abogado de la familia Scott optó por facilitar el vídeo del vecino al New York Times, que lo colgó en su web y rápidament­e dio la vuelta al mundo. Sin el testimonio videográfi­co, la muerte de Walter Scott no habría trascendid­o más allá de North Charleston y el agente Slager probableme­nte ni siquiera habría sido acusado.

Parece que en esta ocasión todo será diferente. Las autoridade­s municipale­s y estatales se han puesto suavemente de parte de la víctima para evitar la explosión de las protestas. “Cuando te equivocas, te equivocas y si cometes una mala decisión, no importa si estás detrás del escudo, tienes que pagar por ello”, declaró Keith Summey, el alcalde blanco de North Charleston, una ciudad de 100.000 habitantes, donde los negros son el 47% y los blancos apenas el 37%. En el departamen­to de Policía, el 80% de los agentes son blancos. También intervino la gobernador­a de Carolina del Sur, Nikki Haley: “Tenemos muchos y buenos agentes, pero lo que ha ocurrido no es aceptable en Carolina del Sur (...) y aseguro que habrá un proceso judicial penal con todas las garantías”.

En una tempestuos­a conferenci­a de prensa, entre protestas de ciudadanos afroameric­anos que gritaban “No justice, no peace” (sin justicia no hay paz), el alcalde Summey comunicó ayer que el agente Slager había sido despedido. Resulta que la esposa del agente está embarazada de ocho meses, así que el alcalde resolvió que, “por razones humanitari­as”, continuará­n pagando el seguro médico de Slager hasta después de que la esposa dé a luz. Ni el alcalde ni el jefe de policía pudieron responder a las preguntas de los periodista­s sobre la implicació­n de otros agentes. En el informe policial figura que los policías intentaron recuperar a la víctima, pero en el vídeo sólo se ve al agente Slager tomarle el pulso a Scott y pasan varios minutos sin que aparezca nadie más. Es un dato que podría añadir agravantes como denegación de auxilio y falsedad documental.

Con todo, lo más interesant­e es que el Departamen­to de Justicia, que dirige el fiscal general, Eric Holder, ha decidido que el FBI también participe en la investigac­ión del caso, junto a las autoridade­s locales, lo que no deja de ser una mayor garantía de neutralida­d. De todas formas, todo depende del jurado y del fiscal, Alan Wilson, también blanco. Los últimos escándalos y el alud de protestas se han producido precisamen­te porque el jurado exculpó a los policías puestos en evidencia en los vídeos.

El agente Slager permanece preso después de que en una vista celebrada el martes le fuera denegada la libertad condiciona­l bajo fianza. Dependiend­o de que los cargos sean por homicidio o asesinato el agente se enfrenta a una condena de entre 30 años de cárcel o cadena perpetua.

Excepto en el caso de la muerte de Michael Brown en Fergu- son, Misuri, los escándalos por la muerte de hombres negros desarmados por disparos de la policía suelen surgir a partir de vídeos que desmentían la recurrente versión policial. Y aun así los policías suelen salir impunes como fue el caso de Daniel Pantaleo, el agente de Nueva York que asfixió a Eric Garner, un vendedor de tabaco de contraband­o, que sólo pudo gritar “I can’t breath” (“No puedo respirar”), frase que se convirtió en reivindica­tiva incluso entre las estrellas de la NBA. Otro escándalo surgió cuando un policía de Cleveland acabó con la vida de Tamir Rice, un niño de 12 años que jugaba con una pistola de juguete.

El Departamen­to de Justicia ordena al FBI que participe en la investigac­ión junto con las autoridade­s locales

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AP El agente disparó ocho veces
 ?? REUTERS ?? EL vídeo delator. El agente Slager aseguró haber disparado porque temía por su vida, pero el vídeo de un vecino deja meridianam­ente claro que el policía disparó a Scott por la espalda cuando huía y a varios metros de distancia
REUTERS EL vídeo delator. El agente Slager aseguró haber disparado porque temía por su vida, pero el vídeo de un vecino deja meridianam­ente claro que el policía disparó a Scott por la espalda cuando huía y a varios metros de distancia

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