Catalunya y el sur de Francia planean unirse con trenes regionales
La línea enlazaría las cuatro capitales catalanas y Figueres con Montpellier y Tolosa, pasando por ciudades intermedias
La Generalitat sentó ayer las primeras bases para la creación de un nuevo servicio de trenes regiones que conecten Catalunya con el sur de Francia. Los convoyes de este nueva línea, que discurriría en ancho europeo, aprovecharían el trazado de la alta velocidad –donde exista– y enlazarían las cuatro capitales catalanas y Figueres con Montpellier y Tolosa, pasando por ciudades intermedias como Béziers, Narbona, Perpiñán o Carcasona. Un área que agrupa a más de siete millones de personas. “Estamos convencidos de que existe potencial para este servicio”, explicaron ayer fuentes de la Generalitat que destacaron la “presión” del territorio y del tejido empresarial de ambos lados de la frontera para impulsar esta línea que fortalecería relaciones laborales, económicas, sociales o culturales entre Catalunya y el sur de Francia.
Para determinar la viabilidad de esta propuesta, el conseller de Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, y el presidente del Consell Regional Midi-Pyrénnés, Martin Malvy, acordaron durante una reunión celebrada ayer por la tarde en Tolosa encargar un plan de negocio que incluya un estudio económico-financiero sobre los costes y el posible retorno de esta operación y otro sobre la futura demanda que tendría el servicio. Un estudio que debe concretar si es viable o no poner en marcha una oferta regular y asequible de trenes regionales en ancho europeo que vertebren ese territorio transfronterizo, establecer el horario y el número de frecuencias necesarias, cifrar los usuarios potenciales y el coste que tendría este servicio, que sería más económico que la actual oferta de alta velocidad y que contaría con una mayor frecuencia de paso. Según el departamento de Territori, con el actual servicio internacional de alta velocidad, “las bajas frecuencias, los horarios no adap- tados a las necesidades reales y los precios elevados, que desincentivan la regularidad, no permiten unas relaciones eficientes entre los dos territorios”.
Actualmente, ir en alta velocidad desde Girona a Perpiñán (ciudades unidas por seis frecuencias diarias) cuesta 53,20 euros ida y vuelta; de Barcelona a Perpiñán (seis frecuencias ) 90 euros; de Barcelona a Montpellier (cinco frecuencias), 142 euros y desde la capital catalana a Tolosa, 158 euros. En este último caso, solamente existe una conexión al día.
Según la Generalitat estos precios “triplican, de media, el precio del billete convencional” del viaje en tren Avant de alta velocidad. Por ejemplo, desplazarse de Figueres a Girona, un trayecto que en tiempo y recorrido podría ser el equivalente al tramo internacional Figueres-Perpiñán, cuesta 11 euros ida y vuelta, Con bono, la cifra se puede reducir
y francés, titulares de la infraestructura y de la vía. Por eso, a la reunión de ayer en Tolosa también asistió la secretaria general de la Eurorregió, Mireia Canals, para que desde este organismo se pueda presionar a la Unión Europea para que inste a los gobiernos español y francés a poner en servicio este transporte o contribuyan a su financiación.
El presidente de la Cambra de Comerç de Girona, Domènec Espadalé, celebra la posibilidad que se cree este servicio de transporte. “Siempre he dicho que las Rodalies debían llegar al menos hasta Perpiñán”, asegura.
Las dos regiones han encargado un plan de negocio y un estudio de demanda, para ver si la línea es viable
hasta los 5,40 euros. Según la Generalitat, el nuevo servicio permitiría aplicar tarifas más baratas y los usuarios tendrían la opción de adquirir bonos, lo que reduciría el coste final del billete. Actualmente, los viajeros de servicios internacionales de alta velocidad no tienen esta opción.
Si bien la propuesta de nueva línea parte de la Generalitat y las regiones de Midi-Pyrénnés y Languedoc-Roussillon, que a finales de año se unificarán en un único departamento, el Govern es consciente que la iniciativa no podrá tirar adelante sin la colaboración y complicidad del estado español