Corazones altivos
Altura y dolencias cardiacas están genéticamente relacionadas
Un estudio indica que cuanto más alta es una persona, menor es su riesgo de sufrir una enfermedad coronaria.
Cuanto más alta es una persona, menor es su riesgo de sufrir una enfermedad coronaria, concluye una investigación que ha analizado datos de más de 190.000 personas y que se ha presentado en la revista The New England Journal of Medicine.
Por cada reducción de 6,5 centímetros de altura, el riesgo de infarto de miocardio o de angina de pecho aumenta en un 13,5%. Así, un hombre que mida 1,70 tiene un riesgo un 31% mayor que uno de 1,85.
“Desde hace más de 60 años se sabe que hay una relación inversa entre la altura y el riesgo de enfermedad coronaria”, declara en un comunicado Nilesh Samani, cardiólogo de la Universidad de Leicester (Reino Unido) y coordinador del estudio. Pero “no estaba claro si esta relación se debe a factores socioeconómicos o de nutrición durante la infancia, que por un lado pueden determinar la estatura y por otro el riesgo de enfermedad coronaria”.
El nuevo estudio demuestra que hay una relación biológica más profunda entre la altura y las enfermedades coronarias. Los investigadores se han basado en los resultados del proyecto Giant, que demostró que la estatura de una persona no viene determinada por unos pocos genes y que identificó 180 variantes genéticas distintas que influyen en la estatura de una persona.
Se han analizado estas 180 variantes en una muestra de más de 128.000 personas con enfermedad coronaria y de más de 65.000 personas con el corazón sano. Los resultados muestran que, cuantas más variantes genéticas relacionadas con una estatura alta tiene una persona, menos probable es que sufra una enfermedad coronaria.
Llegados a este punto, los investigadores se han preguntado de qué modo una altura baja puede influir en el riesgo de infarto. Pero no han encontrado que la estatura tenga ninguna relación con la hipertensión, la obesidad o la diabetes –tres importantes factores de riesgo coronarios–.
Sí la han encontrado con el colesterol LDL y los triglicéridos. Aun así, sólo un 19% de toda la relación entre la estatura y la enfermedad coronaria está relacionada con el colesterol o los triglicéridos. El 81% restante tiene que deberse a otras causas.
Los investigadores admiten que no han identificado estas otras causas pero apuntan como hipótesis principal a moléculas que regulan el desarrollo del cuerpo humano y que influyen tanto en el crecimiento como en la formación del sistema cardiovascular.
Otros dos factores que podrían influir, aunque los investigadores sostienen que deben tener una importancia menor, son que las personas bajas tengan las arterias coronarias más estrechas; y que los hábitos poco saludables sean más perjudiciales en personas bajas, ya que una misma dosis de tabaco o de alcohol, por ejemplo, se distribuye en un volumen menor y alcanza una concentración más alta.
“Aunque nuestros resultados no tienen implicaciones clínicas inmediatas para los pacientes, una mejor comprensión de los mecanismos biológicos que relacionan la altura con el riesgo de enfermedad coronaria puede abrir nuevas vías para su prevención y tratamiento”, destaca Nilesh Samani.
Un hombre de 1,70 tiene una probabilidad de enfermedad coronaria un 31% mayor que uno de 1,85