Clara Cortés gana el Plataforma Editorial con ‘Al final de la calle 118’
La madrileña Clara Cortés, de 18 años, confesaba ayer haber cumplido un sueño: “Escribir era para mí una forma de sobrevivir, de desahogarme, de superar los difíciles años de instituto; convertirme en escritora era lo soñado”. Lo soñado se convirtió un poco en realidad ayer, en que su novela Al final de la calle 118 recibió el premio Neo que entregan La Caixa y Plataforma Editorial a la mejor novela de autores de 14 a 25 años. Clara Cortés (Colmenar Viejo, 1996) confesó que desde muy pequeña mantiene el hábito de llevar siempre una libreta en la que apunta aquellos gestos y detalles imperceptibles y a menudo involuntarios de los demás que los convierten en seres potencialmente extraordinarios, “que los convierten en personajes”. De ahí nació su novela sobre dos hermanas huérfanas que tratan de salir adelante en un ambiente hostil y su relación con un tercer joven.
El jurado, formado por Jordi Nadal, director de Plataforma Editorial, y el escritor Francesc Miralles, destaca de la novela ganadora “el buen uso del monólogo interior, la psicología de los personajes y la profundidad y madurez de las reflexiones. En palabras de Jordi Nadal, “Cortés ha construido un drama inteligente, delicado y real”. El escritor Luis Alberto de Cuenca subrayó todas esas virtudes, confesó “haber llorado” con la novela y la relacionó con un Salinger emancipado de pesimismo.
En esta tercera edición del Premio Neo, Nadal y Miralles han decidido conceder un premio extraordinario, en calidad de finalista, a la novela La chica del león negro, de la también madrileña Alba Quintas, que mezcla en una trama fantástica lo real con lo pesadillesco. “Me costó dos meses planificar la estructura narrativa y dos semanas escribirlo”, dijo Quintas, para pasmo de los presentes, antes de añadir, casi a modo de disculpa, “escribo rápido”. Ambas novelas serán editadas en los próximos meses, y la ganadora ingresará además 3.000 euros.
Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria La Caixa, que auspiciaba el acto en el Caixa Forum de Madrid, subrayó que esta es otra de tantas iniciativas de estímulo a la juventud de la fundación y aseguró, “porque las he leído”, que estamos ante “dos obras magníficas”. Nadal, por su parte, hizo suyas las ganas y la vitalidad de los jóvenes literatos, para, en un elogio a la alegría tomado de León Felipe, rogar “que nada se convierta en callo”. Que todo sea recibido con la alegre perplejidad de lo nuevo. Como estas precoces novelistas.