La Vanguardia

El Madrid se duerme pero reacciona

Los blancos ganan en Vallecas con goles de Cristiano y James tras sufrir mucho en el primer tiempo

- CARLOS NOVO

El Madrid se mantiene vivo en la Liga gracias a una muy sufrida victoria en Vallecas cimentada en una segunda parte en la que se sobrepuso a una pésima primera en la que jugó con fuego. El Rayo, muy valiente, duró hasta que se desfondó a la hora de juego. Cristiano desequilib­ró el partido con un gran cabezazo en plancha tras una buena internada por la banda de Carvajal, hasta entonces sometido por Embarba.

Kroos, James y Cristiano vieron tarjeta y al estar apercibido­s se perderán el partido del sábado ante el Eibar. Alguien que no hubiera visto el encuentro pudiera pensar que podía tratarse de una estrategia preconcebi­da por Ancelotti para dar descanso a los jugadores más utilizados. Nada más lejos de la realidad. Las tarjetas vinieron producto del desquiciam­iento de los blancos, que durante muchos minutos asistieron impotentes a cómo la Liga se les iba definitiva­mente.

La victoria no puede ocultar que el Madrid, que se vio en el cielo el domingo, en sólo tres días estuvo a punto de dar con sus huesos en el infierno. La primera parte de los de Ancelotti en Vallecas fue de las peores de la temporada, impropia de un equipo que está jugándose la Liga y que no tenía ya ningún margen de error: faltos de intensidad y a merced del Rayo, al que sólo le faltó una pizca de puntería para irse al descanso en ventaja.

Ancelotti mantuvo el tan con- trovertido 4-3-3. Dejó a Isco en el banquillo y apostó por los tres de arriba, aunque Bale estaba renqueante por sus problemas en un pie. Paco Jémez reforzó su ideario con el juego de los suyos. El Rayo salió a morder desde el principio y se adueñó del balón porque su centro del campo asfixió al del Madrid. Todo sin dar un mal pelotazo, raseando el cuero y triangulan­do, buscando el desborde por las bandas y siendo siempre muy vertical.

Por no jugar, durante el primer tiempo el Madrid no jugó ni al pelotazo. No pudo tirar ni una sola contra bien llevada. Kroos jugó acaso sus peores 45 minutos desde que está en España. James y Modric enloquecie­ron de tanto correr tras el balón. El Madrid recuperó de golpe todos sus defectos. Ningún balón en condicione­s les llegó a los de arriba y el equipo se sostuvo porque Sergio Ramos mantuvo el tipo atrás. Carvajal fue superado en todo momento por el canterano Embarba y Varane alternó muchos errores con algún acierto. Por primera vez en mucho tiempo Casillas transmitió una gran sensación de insegurida­d y se le vio nervioso toda la noche. El portero se enmendó a tres minutos del descanso, cuando hizo alarde de reflejos para repeler un cabezazo a boca- jarro de Trashorras que media grada cantó gol.

Los primeros 45 minutos se le escurriero­n al Madrid entre sufrimient­os y sofocos. Sólo llegó una vez con peligro, un remate de Bale a pase de Modric que acabó en gol y que el árbitro andaluz Melero López anuló por estar el galés en fuera de juego.

La segunda parte tuvo un guión muy distinto. El Madrid salió con otro aire, como si Ancelotti les hubiera leído la cartilla. Avanzó líneas y empezó a asomarse por las inmediacio­nes de Cobeño. Enseguida se cargó de tarjetas tras una acción en la que Cristiano pidió penalti por empujón de Amaya. El árbitro no lo concedió y amonestó al portugués. Kroos le dijo de todo al árbitro y sólo se ganó una amarilla.

El partido lo rompió definitiva­mente Carvajal en una internada por su banda en la que se tomó la revancha de Embarba. Su centro lo cabeceó a gol Cristiano, su tanto 37 en la liga y 300 en partido oficial con los blancos.

El 0-1 mató al Rayo, tocado en lo anímico y desfondado en lo físico. El Madrid empezó a gustarse y encontró un segundo gol en un gran remate de James, autor de una segunda parte notable. El Madrid se llevaba los puntos, pero dejó muchas dudas.

 ?? GONZALO ARROYO / GETTY ?? Cristiano, que aparta unos globos, abrió el marcador en la segunda parte al cabecear un buen centro de Carvajal
GONZALO ARROYO / GETTY Cristiano, que aparta unos globos, abrió el marcador en la segunda parte al cabecear un buen centro de Carvajal

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