Más allá de los bancos

Mar Turrado, directora general de Bravo Capital (firma especializada en financiación alternativa a las empresas), lleva algo más de un año visitando el país. Barcelona, Valencia, San Sebastián, Madrid... y así sucesivamente. No lo hace por turismo, “ojalá fuera así”, dice ella, sino por negocios. Concierta entrevistas con empresarios en oficinas o en recepciones de hoteles y les inculca algunas ideas. Entre ellas, una incuestionable, tal y como demuestra la información de Mar Galtés que colinda con este Murmullo: hay dinero más allá de los bancos.

El concepto es importante, y no siempre recurrido. Hoy, cuando salen a buscar dinero, las empresas aún recurren casi en exclusiva a las entidades tradicionales: la banca aún acapara el 80% de los créditos empresariales que se conceden en el país.

“Y eso hay que cambiarlo”, habla ahora Joaquín Poblet, responsable de financiación alternativa en Auriga, sociedad de valores que abrió esta línea de servicio en el 2013. “Lo conveniente sería una proporción del 50%/50%: mitad financiación bancaria, mitad financiación alternativa...”.

Sólo así, con educación y conocimiento, se democratizará el acceso a la financiación. O así lo entienden todos. Por eso comparten un lema: hace tres años no había dinero. Ahora, sí. Lo que pasa es que no ha llegado a las pymes. Entre otros motivos, porque éstas no lo saben. La banca hizo bien sus cosas en el pasado, dicen los más críticos, al fidelizar al cliente e impedirle acceder a fuentes alternativas. Empresas como Bravo o Auriga tratan de exprimir las vías que se han abierto en la postcrisis: la banca no debería acapararlo casi todo.