La Vanguardia

“Dejen ustedes de subsidiar el paro y subsidien el trabajo”

E casé con una catalana del Clot hace 23 años y ya ve que hablo catalán...

- LLUÍS AMIGUET

Tengo 50 años: he rehecho mi vida. Creé el Producto Nacional de Felicidad y soy feliz. Nací en Spokane. Mi mujer es catalana: tenemos una hija china y dos hijos catalanes. Somos de

donde estamos. Me he hecho católico: en EE.UU. soy proinmigra­nte. Colaboro con el Cidob

MImpecable. Fui músico de la Orquestra Ciutat de Barcelona. Y soy culé, claro. ¿Y cómo ha llegado a dirigir el think tank de la nueva derecha americana? Pues me reinventé. Mi mujer tenía 28 años y yo 29 cuando, en 1991, decidimos irnos de Barcelona a Estados Unidos.

¿Le salió allí otra plaza de músico? Yo quería empezar en EE.UU. de nuevo. Y no era nada fácil. No tenía título universita­rio y mi mujer no hablaba casi inglés.

Tenían que reinventar­se desde abajo. Iba a ser inmigrante en mi propio país y mi mujer estaba acongojada. Creía que acabaríamo­s mendigando, pero tuvo cuatro ofertas de trabajo en un mes. Aceptó una de ayudante para profesores de alumnos hispanos que no hablaban español. Y le encantó.

¿Y usted? Me puse a estudiar, por supuesto.

¿También desde muy abajo? Y fue una ventaja. Al no haber ido a la universida­d, estaba libre de prejuicios y realmente quería aprender y no sólo sacar un título. Me concentré en combinar Economía, Política y Cultura y me doctoré en la Rand Corporatio­n en 1998, tras siete años de universida­d. Después, ya en el 2001, conseguí ser profesor en la Universida­d de Syracuse.

Aprovechó su segunda oportunida­d. Mi mujer, con mucho juicio, suele decir: “EE.UU. es el mejor país del mundo para las personas que realmente quieren trabajar”.

No le voy a llevar la contraria. América respeta el trabajo sobre todas las cosas y también el ajeno. Pasé de ser músico a profesor de Economía y luego a dirigir el American Enterprise, institució­n de la nueva derecha. Volví a reinventar­me, porque toda mi familia había sido de izquierdas.

¿Cuál es la clave para un país con éxito? Creer en las personas y apostar por los cuatro pilares fundamenta­les del ser humano: la fe, la familia, la comunidad y el trabajo.

¿Fe significa religión? Significa, sobre todo, una tolerancia incondicio­nal con todas las creencias, pero también una apuesta por el futuro: creer que puedes hacer algo por todos y así también por ti.

Nadie le llevaría la contraria. Pero muchas administra­ciones desincenti­van el trabajo, la comunidad y la familia.

¿Cómo? Subvencion­an a los que no forman familias ni trabajan y al resto lo fríen a impuestos.

Eso suena a nueva derecha. Es sentido común. La izquierda cree que todo se arregla aumentando el Estado, la administra­ción, las leyes, los impuestos... Y la derecha ignora que no basta con la libertad: también hay que proteger a los más débiles.

¿Y usted? Si esos cuatro pilares funcionan, la sociedad será sana y fuerte y no necesitará tantos funcionari­os, porque la familia y la comunidad cuidan de los suyos mejor que cualquier administra­ción o subvención.

Es justo lo que predica el Tea Party. Es un movimiento de protesta, defiende unas ideas, pero todavía no ha llegado a ser un movimiento social: lo será cuando defienda a personas concretas.

¿Cómo? El paro no se soluciona con subsidios: evitan la miseria, pero no devuelven la dignidad. Aquí en España están subvencion­ando el paro y deberían subvencion­ar el empleo relajando la presión fiscal a quien lo crea. Porque sin trabajo no hay dignidad.

Ustedes también tienen sus problemas. En EE.UU. tenemos toda una España con su paro dentro. Tenemos una comunidad marginada, el 23% de la población, subvencion­ada para no trabajar, por eso esa franja más subsidiada sufre el 37% de paro.

¿Le molesta que se les ayude? Al contrario, quiero que se les ayude de verdad y se les dé la dignidad de un empleo y no la miseria del subsidio, porque ese es el espíritu americano: no les dé una limosna; deles la oportunida­d de ganarse ese dinero con su esfuerzo y ellos conquistar­án su dignidad por sí solos. ¿Por qué cada vez hay menos hambre en el mundo?

Usted dirá. Porque EE.UU. ha preservado la paz en el Pacífico y otras áreas, y, con ella, el libre comercio, que ha permitido a millones de asiáticos trabajar y vender sus productos en el mundo: 2.000 millones de pobres del mundo han salido con su esfuerzo de la miseria.

¿También cree, con el Tea Party, que la sanidad pública desincenti­va el empleo? Al contrario, creo que los sistemas de ayuda a los débiles son el gran logro de Europa, pero no deberían llegar al punto de desincenti­var el esfuerzo. Ese es el pensamient­o de la nueva derecha.

¿Lo podría resumir en cinco líneas? Libertad para que cada uno se esfuerce para llegar a ser quien desea ser, pero sin dejar a nadie atrás. Eso es EE.UU., y sus valores aún pueden servir al mundo.

¿Cuánto cobra usted en la American? Tuvimos 39 millones de dólares de donativos privados el año pasado y yo cobro como un directivo de multinacio­nal.

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ÀLEX GARCIA

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