Un condenado por fraude mata al juez y a su exabogado en Milán
El asesinato de tres personas en los juzgados de la capital lombarda agita la polémica sobre la seguridad
PELIGRO Y PROTECCIÓN El grave fallo de seguridad plantea dudas ante la Expo, que abre el 1 de mayo
EL MÓVIL Una quiebra fraudulenta fue el detonante de la acción criminal
Milán sufrió ayer un duro golpe a su imagen de ciudad segura, a menos de un mes de inaugurarse la Expo 2015, un acontecimiento que atraerá a millones de visitantes de todo el mundo durante seis meses. El Palacio de Justicia de la capital lombarda fue escenario de un triple homicidio, a cargo de un hombre que logró entrar armado con una pistola para perpetrar una venganza.
Claudio Giardiello, de 57 años, imputado por quiebra fraudulenta, mató a tiros a un juez retirado y a su propio exabogado, así co- mo a otro imputado en el caso. Durante horas se habló de otra cuarta víctima, colateral, que habría fallecido por un infarto, pero luego la información fue desmentida. En el tiroteo resultaron heridas otras dos personas, una de ellas de gravedad.
De inmediato se desató la polémica por las medidas de seguridad en un edificio tan sensible. Milán, con motivo de la Expo, debe extremar la precaución y convencer al público de que la muestra puede visitarse con garantías. Lo sucedido ayer planteó dudas.
Aunque primero se dijo que un detector de metales estaba averiado, el ministro de Justicia, An- drea Orlando, puntualizó que los sistemas técnicos de seguridad funcionaron, aunque obviamente hubo “errores graves” que deben investigarse y subsanarse. Se cree que el homicida pudo acceder a través de una entrada secundaria, reservada a magistrados, exhibiendo un documento falso.
“Aquí ha ocurrido algo gravísimo e inaceptable; por desgracia tiene precedentes en nuestro país, pero no debería suceder”, dijo en rueda de prensa el ministro del Interior, Angelino Alfano. El propio jefe del Gobierno, Matteo Renzi, en declaraciones antes de partir para una visita a Malta, se mostró perplejo de que fuera po- sible introducir un arma de fuego en un tribunal. También el presidente de la República, Sergio Mattarella, que convocó una reunión extraordinaria del Consejo Superior de la Magistratura, expresó su pesar y la necesidad de que el Estado actúe “con firmeza, siempre en el pleno respeto de las garantías constitucionales y los derechos fundamentales”.
Ha causado alarma asimismo el hecho de que Giardello, tras cometer el crimen y atrincherarse en una sala, fuera capaz de huir en motocicleta del edificio de los tribunales. Después de una espectacular persecución, fue detenido por los carabineros en Vimer- cate, en las afueras de Milán.
Al parecer los hechos tuvieron lugar antes de que se desarrollara una audiencia en la que actuaban como testigos el exjuez Ferdinando Ciampi, que decretó la quiebra de una empresa de Giardielli en el 2008, y del exabogado de este último, Lorenzo Alberto Claris Appiani. Este renunció a la defensa debido a la agresiva e intransigente actitud de su cliente. Otro abogado que asistió a Giardiello hace unos años en el mismo caso y que también se vio obligado a abandonar, declaró a la prensa que Giardiello tiene un carácter irascible, con tendencias paranoides, y que se negó a llegar a un compromiso con sus socios en una empresa inmobiliaria que quebró, convencido de que le ha- bían estafado.
Aparte de Ciampi y de Claris Appiani, que fallecieron al instante, murió Giorgio Erba, coimputado en el juicio, que fue trasladado a un hospital pero no sobrevivió a las heridas. El sobrino de Erba, Davide Limongelli, también acusado en el proceso, resultó herido de gravedad, así como un asesor fiscal, alcanzado por un proyectil en una pierna y que se halla fuera de peligro. “Quería vengarme de quienes me han arruinado la vida”, dijo Giardiello tras la detención.
Justo hoy se estaba celebrando en Milán una reunión, presidida por el ministro Alfano, para estudiar el vasto dispositivo de seguridad ante la Expo. Esta feria obliga a medidas excepcionales ante las amenazas a Italia del Estado Islámico (EI). La policía italiana tiene otro desafío en Roma ante el año santo extraordinario anunciado por el papa Francisco y que comenzará en diciembre.