Segundas partes buenas
Casi el 70% de los goles del Barça en la Liga se produce tras el descanso
“Teniendo la oportunidad de ir a por los tres títulos, yo voy a por los tres”, asevera Gerard Piqué. Después de 46 partidos disputados esta temporada el Barcelona está en el lugar correcto en todas las competiciones y no explicita síntomas de debilidad física ni mental. A pesar de la gran carga de minutos, el equipo de Luis Enrique soporta sin dificultades las exigencias de los partidos y mantiene, en este tramo final, una característica reveladora que se ha ido reproduciendo durante todo el curso: la efectividad aumenta en las segundas partes. De hecho, 58 de los 85 goles blaugrana en la Liga, más del 68%, se han producido en el segundo periodo.
El miércoles Messi consiguió batir al Almería en el minuto 33 (el primer gol local en el Camp Nou se produce de promedio en el 36), pero no fue hasta después del descanso que se venció definitivamente la resistencia del Almería con otros tres tantos. El compromiso anterior, en Vigo, se saldó con un gol de Mathieu en el minuto 73, en el cuarto de hora más productivo para el Barcelona (21 goles entre los minutos 60 y 75). Indican estos datos que el rendimiento anotador del equipo mantiene el tono del curso, sigue acrecentándose con el transcurso de los minutos.
En la hipótesis de que los partidos concluyeran en el descanso, el Real Madrid sería líder con 10 puntos de ventaja sobre el Barcelona. El conjunto de Ancelotti fulmina antes, ha firmado 43 de sus 89 goles (el 48,3%) en las primeras partes (aunque circunstancialmente sus últimas 7 dianas se han producido en las segundas) y su fase más letal se sitúa del minuto 30 al 45. Hasta en el reparto temporal de los goles los máximos aspirantes al título presentan diferencias notables, pero lo importante es el qué, no el cuán- do, y la pugna permanece viva. “Si creemos que nosotros podemos permitirnos perder puntos porque el Madrid también los va a perder, nos equivocaríamos. El Madrid va a apretar hasta el final, porque siempre ha sido así”, avisó ayer Javier Mascherano.
Aunque la persistencia en la lógica goleadora del Barça denota un buen nivel físico del equipo en el tramo decisivo del curso. “Estamos en buena forma –confirmó Piqué–, lo hemos demostrado toda la temporada y en estos últimos partidos más. Futbolísticamente estamos bien, y de juego tenemos unos días buenos y otros no tanto, pero quedan pocos partidos y lo más importante a estas alturas es ganar”.
A la campaña blaugrana le queda un máximo de 14 partidos (si accede a la final de la Champions) y un mínimo de 11 (si cae en la eliminatoria contra el PSG), y ningún jugador evidencia síntomas de fatiga. Ni siquiera Messi, que ha intervenido en 43 partidos y acumula 3.941 minutos de juego. “El pie de Leo ha mejorado muchísimo. Le ha venido bien no haber jugado con la selección. Quizá podía haber forzado más, pero teniendo en cuenta el momento de la temporada y lo que nos estamos jugando se tomó la decisión correcta”, explicó Mascherano. Jordi Alba, ausente en las dos últimas citas a causa de una lesión muscular, volvió a ejercitarse ayer con el grupo y podría recibir el alta para enfrentarse mañana al Sevilla. Después de tanta tralla, que sólo haya un inquilino en la enfermería –Vermaelen, que no renuncia a debutar a final de curso– puede ser considerado un éxito de planificación, aderezado lógicamente con un punto de fortuna. Luis Enrique toca madera cada vez que toca hablar de lesiones.
Si bien no parece una circunstancia achacable al nivel físico, la calidad del juego en los últimos partidos ha dejado bastante que desear. Javier Mascherano asume las críticas y replica que el equipo sigue siendo competitivo a pesar de todo. “Lo tenemos todo abierto y todo en nuestras manos. Quizás en los últimos partidos nos ha costado porque el rival juega y lo hace bien. Trataremos de seguir mejorando, sabiendo que para llegar al final con vida tendremos que pasar por momentos complicados y es entonces cuando el equipo tendrá que demostrar de qué está hecho”, razonó el argentino, y precisó: “De aquí al final, todos los partidos van a ser difíciles”. Empezando por el de mañana en el Sánchez Pizjuán, que exige una mejoría inexcusable en el tono futbolístico del Barcelona.