La Vanguardia

El plan es la clave

- Joan Golobart

Victoria grandiosa para el Barcelona que poco a poco visualiza una manera de jugar, siempre establecie­ndo la base en campo contrario, que le permite llevar el peso del partido. Pero ese plan debe mantenerse durante todo el encuentro.

Juntitos. Cuando el Barcelona juega con posesión es capaz de de apoderarse del ritmo del partido. Lo que sin duda le da seguridad defensiva. Pero no acaba de tenerlo en la mente, parece que no es el plan número uno o bien su capacidad vertical provoca rotura de la distancia entre líneas. Y parece paradójico, pero cuanto más rápido quiere jugar menos control del partido tiene. Ayer fue una clara muestra de ello, en la medida que el Barcelona no quiso jugar rápido desde el inicio de la jugada. Durante la primera mitad el Barcelona hizo una transición lenta de la pelota dando la sensación de que difícilmen­te con esa velocidad pudiera sorprender a su rival. Pero esa transición relanzada aportaba un gran valor táctico y es que el equipo poco a poco avanzaba obligado a jugar junto. La transición daba lugar al orden con las distancias correctas y eso es el primer valor defensivo, el orden siempre.

Y curiosamen­te la capacidad ofensiva azulgrana nacía del juego lento que daba lugar a la distancia ideal en campo contrario y esa le otorgaba la capacidad de presión. Es entonces cuando el Barcelona se mostraba más peligroso y sí tenía sentido la velocidad y la verticalid­ad. En el inicio del juego fue clave que los balones que llegaron a los tres puntas volvieran para atrás, es decir la prioridad no fue la portería de Sirigu sino que se optó por pasar hacia atrás y así dar tiempo al avance de todos los jugadores. Una vez se conseguía el robo se tenía que aplicar toda la velocidad posible. Así fue como llegó el gol. A Marquinhos, un jugador que está mostrando un gran nivel convirtién­dose en uno de los protagonis­tas de su equipo, le entró un arrebato de falta de humildad. Una actitud que en parte muestra al jugador que lo hace como un grande, un tipo con autoestima pero que acaba dando una ventaja al rival. El brasileño hizo una conducción en diagonal desde la frontal de su área, abandonand­o su posición para acabar perdiendo el balón. Haciendo una de estas ac- ciones que los entrenador­es odian. Arriesgar una pelota con la que jamás ganarás un partido y en cambio sí lo puedes perder. Y ese robo que dio lugar al gol de Neymar tras la asistencia de Messi se resolvió con la mayor intensidad posible.

Mal dadas, también juntos. Esa manera de jugar fue lo mismo que hizo el Barcelona en Sevilla. Pero allá lo que sucedió es que el marcador con dos goles de ventaja relajó la mente de algunos, sobre todo los puntas. Y en el día de ayer de alguna manera mentalment­e supieron alejarse del instinto para no verticaliz­ar cada acción, para permitir la llegada de todo el equipo al campo contrario. Los tres puntas deben entender que en aquella fase del juego cuando el rival animado es capaz de adueñarse del ritmo de juego también deben jugar juntos. Sin quedarse en posiciones avanzadas cuando la defensa está situada 40 o 50 metros por detrás. Porque entonces la línea de mediocampo no existe y los defensas siempre juegan con desventaja, incluso cuando roban, no tienen referencia­s para la salida de la pelota. A fin de cuentas un equipo con la calidad de los blaugrana que es capaz de jugar juntos siempre será un aspirante a todo. Puede que el plan no consigas llevarlo a cabo por cansancio o méritos del rival, pero el plan no debe nunca abandonar tu mente porque es la clave del éxito, no es el resultado.

El Barcelona visualiza una manera de jugar, pero debe llevarla a cabo todo el encuentro

 ?? LARS BARON / GETTY IMAGES ?? Ter Stegen, que realizó dos paradas de mérito, celebra uno de los goles del Barcelona
LARS BARON / GETTY IMAGES Ter Stegen, que realizó dos paradas de mérito, celebra uno de los goles del Barcelona
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain