Sólo el 15% son activos
La forma física es peor en los barrios humildes
La condición física de los niños está relacionada con el entorno en el que viven. Residir en el campo o en la ciudad, tener unos padres más o menos deportistas o con más o menos ingresos condiciona los estímulos y las oportunidades para hacer ejercicio, y las estadísticas indican que los niños de barrios y familias humildes son más sedentarios y tienen mayores niveles de sobrepeso y obesidad que los de entornos de mayor nivel socioeconómico. La Fundación Española del Corazón ha realizado un estudio en cuatro colegios públicos de zonas desfavorecidas de Madrid para conocer, desde la perspectiva de los propios niños, las razones que los motivan y los frenan a la hora de practicar deporte y, sobre esa base, desarrollar el programa
Children in the city de fomento de la actividad física que promueve la World Heart Federation en colaboración con la UEFA. “Lo que más nos ha asombrado es que alrededor del 80% de esos niños, de clase social baja y afectados muchos por la crisis y el paro, no llegan al mínimo para considerar que llevan una vida activa en una edad, entre 7 y 12 años, en que se fijan los hábitos para el futuro, lo que los somete a un mayor riesgo de padecer enfermedad cardiovascular en el futuro”, señala el presidente de la fundación, Leandro Plaza, al explicar los resultados.
Como se observa en el gráfico superior, sólo un 15% de los niños encuestados realiza una hora o más de actividad física diaria, mientras que para un 20% el ejercicio se limita a las dos horas semanales que hacen en la escuela. Entre los motivos que aducen para no ser más activos destacan la falta de tiempo, la competitividad que impera en cualquier práctica deportiva y que afecta sobre todo a los que no son buenos atletas, y la tentación que suponen otras formas de entretenimiento a través de las pantallas, que requieren menos esfuerzo. No obstante, el estudio muestra que tanto niños como padres son plenamente conscientes de los beneficios que supone realizar ejercicio de forma regular.
Al margen de las condiciones socioeconómicas, estudios realizados hace algo más de una década certificaban que los chavales que viven en zonas rurales tenían un perfil más saludable en términos de capacidad respiratoria, fuerza muscular y grasa corporal que los que residen en ciudades, aunque estos últimos ganaban en los test de velocidad, agilidad y flexibilidad. Sin embargo, algunos expertos en ejercicio físico sospechan que esa realidad está cambiando porque en las zonas rurales los niños también se están volviendo más sedentarios, practican el mismo ocio de pantalla y cada vez se mueven más en coche, mientras que en las ciudades hay más instalaciones y programas que promueven la práctica deportiva.
La competitividad que vive el deporte infantil frena a los que no son muy buenos
Los que viven en el campo muestran más fuerza y resistencia, pero cada vez menos