La Vanguardia

El mercado de segunda mano facilita la compra de “armas impulsoras”

- FEDE CEDÓ Barcelona

“Construir una ballesta es más sencillo que construir la maqueta de un barco”, apuntan armeros especialis­tas en arcos deportivos, que, en su caso, no precisan licencia de armas, sólo se recomienda estar federado. En cambio, la venta de ballestas como la que utilizó el joven en el instituto Joan Fuster está muy controlada y se restringe a las armerías homologada­s, pero no hay control sobre los mercados de segunda mano y mucho menos si se fabrican artesanalm­ente.

Comprar una ballesta usada no es difícil, ya que existe un extenso mercado de segunda mano al tratarse de armas de uso fácil, al contrario que los arcos. El precio oscila entre los 250 y los 700 euros dependiend­o de la gama escogida, que se diferencia por la potencia de disparo. En este caso, los vendedores, en una transacció­n privada, estarían obligados a exigir el permiso de armas o la documentac­ión identifica­tiva del comprador, como es preceptivo si se adquiere en una armería homologada.

En España, según informa la Guardia Civil, competente en el control de armas, la legislació­n vigente cataloga las ballestas como armas impulsoras, lo que obliga a sus usuarios a disponer del permiso de armas tipo E de séptima categoría, la misma licencia que para escopetas del calibre 12. Cada ballesta legalizada debe disponer de su correspond­iente guía de pertenenci­a, que al igual que la licencia se renueva cada cinco años.

La ley es clara en este aspecto: “Nadie podrá llevar ni poseer armas de fuego en territorio español sin disponer de la correspond­iente autorizaci­ón”. Las licencias de armas del tipo E, que engloba tanto las de fuego como las impulsoras, las conceden los delegados o subdelegad­os del Gobierno –jefes de Comandanci­a por delegación– y se restringen a la caza menor, debiendo ser visadas cada cinco años y anualmente para los mayores de 60 años. Para los menores de edad (14 a 18 años) los permisos de este tipo de armas los concede el director general de la Guardia Civil, a través de los comandante­s de puesto, y para los menores de edad restringe su uso a la caza o a las competi- ciones deportivas de categoría júnior. Los menores deben ir siempre acompañado­s de una persona mayor de edad con licencia, que se haya comprometi­do a vigilarle. En el caso de que la ballesta sea de fabricació­n artesanal, también debería estar regulada por la misma legislació­n, que en este caso no establece diferencia­s en la homologaci­ón de este tipo de armas.

Hacerse con una ballesta está al alcance de cualquiera. En internet hay páginas que aportan planos detallados de su construcci­ón y el material necesario, que se puede encontrar en las tiendas habituales de bricolaje. Para construir una réplica de una ballesta medieval basta con un trozo de madera para la culata, cinta elástica, hilo de nailon encerado, resortes, tornillos, tuercas, piezas de acero y seguir las instruccio­nes.

La tenencia de ballestas está regulada por ley y es preciso disponer de licencia tipo E

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