“No importa quién marque los goles”
Luis Suárez avisa de que el principal peligro es el exceso de confianza
A Luis Suárez le motiva la Liga de Campeones. Le pone los dientes largos. Con el Ajax sólo consiguió disputar una fase de grupos y con el Liverpool ni llegó a catarla. A sus 28 años, disfruta por primera vez de las eliminatorias y no pasa desapercibido. Firmó los dos goles del Barcelona en los octavos en el campo del Manchester City y en la ida de los cuartos dejó dos obras de arte en el Parque de los Príncipes que han situado al PSG al borde del precipicio. Aunque el equipo de Laurent Blanc todavía respira, y en la anterior eliminatoria ofreció una muestra significativa de su capacidad de supervivencia al liquidar al Chelsea en Stamford Bridge. Según el uruguayo, el exceso de confianza es el principal adversario del Barça para el partido de hoy: “Lo más peligroso es que estemos pensando que esto ya está resuelto, y esto no está nada resuelto. El PSG tiene jugado- res de muchísima calidad y pueden revertir la situación. Tenemos que jugar con la misma intensidad que la semana pasada”.
La mitad de los seis goles que acumula en esta edición europea Luis Suárez se los ha infligido al PSG. A diferencia de la temporada pasada, cuando se proclamó Bota de Oro pero no consiguió castigar a los big four de la Premier (sólo un gol al Arsenal), este año el delantero se agiganta frente a los adversarios de envergadura. Ha batido al PSG y al City, pero también al Real Madrid y el Atlético. El gol que marcó el sábado al Valencia, claro aspirante a las plazas de Champions, puede resultar determinante para el desenlace de la Liga. “No es que uno se motive más (contra los equipos grandes), pero se exige más, está obligado a demostrar más en esta clase de partidos”.
Luis Enrique elogió ayer “el rendimiento y la predisposición al trabajo” del delantero uruguayo, así como su “meteórica adaptación” al equipo y la ciudad. Aunque Suárez comenzó generando dudas después de cuatro meses de inactividad por la sanción de la FIFA. Perdió sus dos primeros partidos con el Barça y pasó cinco encuentros sin ver portería. Cuando se estrenó en el campo del Apoel, ya no ha parado: totaliza 19 dianas, de las cuales 16 corresponden al año 2015.
Afirma que ahora se encuentra en el mejor momento. “Me siento efectivo ayudando al equipo con goles, con asistencias –dice–. Mientras el equipo lo esté haciendo bien, voy a estar satisfecho igual. No importa quién marque los goles, sino que el equipo siga avanzando”. No esconde que le costó entrar en dinámica y tuvo que hacer un esfuerzo extra en trabajo y autocrítica. Al final, se impone el equilibrio: “Ni me creo el mejor del mundo cuando hago goles y estoy bien, ni me creo que soy la peor persona del mundo cuando cometo un error y lo asumo”.
Si el del Camp Nou es el único partido de los cuartos de final que desprende cierto aroma de trámite es es buena parte gracias a la inspiración de Luis Suárez en París, con dos goles precedidos de sotanas a David Luiz. “Es el instinto de ver una forma de llevarte el balón; es instinto, una milésima, no te das cuenta”, explicó sobre estas acciones. Situado a dos goles de los 8 de Messi y Cristiano, el uruguayo no piensa en el pichichi de la Champions: “El objetivo es grupal, no es nada personal”.
“Ni me creo el mejor del mundo cuando hago goles ni el peor cuando fallo”