El búho y el águila
El PSG recupera la visión de Verratti y el instinto depredador de Ibrahimovic
Dos ojos azules como zafiros, grandes como platos, siempre vigilantes, lo escudriñan todo en el césped, donde nada se escapa a la visión de Marco Verratti. El joven centrocampista italiano de 22 años hace honor a su apodo de Guffeto o Petit Hibou, pequeño búho. Cerca de él en el campo siempre revolotea la nariz aguileña de Zlatan Ibrahimovic, con su imponente figura, siempre presto a desplegar sus alas, y cazar un gol. El PSG recupera a dos de sus referentes, que llegan al Camp Nou descansados después de perderse los dos últimos partidos. No juegan desde el 11 de abril en la final de la Copa de la Liga. El búho y el águila tienen hambre de pelota.
“Ibrahimovic y Verratti son fundamentales para nuestra plantilla. Cada vez que lleguemos a portería tenemos que marcar y para hacer tres goles en Barcelona hay que jugar muy bien”, reflexiona Javier Pastore. Para los goles vuelve el gigante Zlatan (1,95 metros). Para la fluidez del juego aparece el menudo Verratti (1,65 metros).
Sus destinos llevan tres años unidos. El 13 de julio de 2012 el PSG fichó a Ibra y Thiago Silva del Milan, dos fichajes de relumbrón. Sólo cuatro días después de pagar 65 millones, con sus respectivos sueldos de estrellas, el club parisino firmó a Marco Verratti del Pescara, de la Serie B, de 19 años por 12 millones. Sin hacer ruido, se hicieron con una de las mayores promesas de Italia.
En el club delfino Zdenek Zeman se fijó en un chico que leía las jugadas como pocos. Le dio la alternativa y el bohemio volvió a demostrar que tiene buena vista. Verratti es el organizador del campeón francés y en la azzurra, donde ya jugó el Mundial, le esperan como sucesor de Andrea Pirlo, aunque su ídolo fue Del Piero. “La forma de jugar de Pirlo es diferente de la mía. Él lo ha ganado todo: el Mundial, la Champions... Espero poder tener su carrera”, agradece la comparación Verratti, que dice aprender de Iniesta, aunque en la Champions ya lleva dos pases más (388) que el de Fuentealbilla.
Si Ibra no se adaptó al Barça, todos coinciden que el italiano encajaría con los bajitos barcelonis- tas. “Messi es el mejor rival al que me he enfrentado. Yo he jugado contra grandes como Cristiano o Hazard pero me encanta el toque de balón de Messi. Me emociono al pensar que estaré en el campo con él”, confiesa. “Me recuerda a Xavi, por cómo se da la vuelta”, le define Cesc, que fue eliminado por Verratti en octavos.
Y su talento no ha pasado inadvertido para Luis Enrique, que negó que descartase su fichaje para el Roma. “Verratti siempre ha tenido perfil para jugar en un equipo mío. Claro que me encanta. Es un jugador que me gusta desde que lo conozco. Seguro que si lo hubiese visto con 15 años también me hubiese gustado”. Un año después lo reclutó el PSG, donde tiene contrato hasta 2019, y hoy jugará su partido 125, en los que sólo ha marcado dos goles –uno de ellos contra el Barça ¡de cabeza!–.
No son de la misma edad –Ibra es 11 años mayor– pero ambos entienden el fútbol igual, como un espectáculo. “El fútbol es diversión, es un juego y hay que tomar riesgos. Ese es mi estilo”, no esconde Verratti. “Al público que paga una entrada siempre hay que darle algo más”, explicaba Ibra en La Vanguardia en 2009 cuando vestía de blaugrana. Sin embargo desde que se fue no le ha ido muy bien en el Camp Nou. “Lleva muchos años entre los cinco mejores delanteros del mundo. Es importante para el PSG y tenemos que tener cuidado con él”, avisa Luis Suárez sobre el sueco, autor de 28 goles este año. “Ibra es un jugador diferente que puede rematar al primer toque cualquier jugada”, recuerda Luis Enrique.
Y a él se aferra Laurent Blanc, pese a que de los 43 goles en la Champions del delantero sólo 7 fueron a partir de octavos. “Zlatan tiene un gran impacto en el equipo. Es un jugador que no duda, que no demuestra debilidad. Le gustan estos partidos y, aunque no ha jugado en diez días, se ha entrenado y se encuentra en gran forma”, destaca el técnico francés. Un búho y un águila andan al acecho.