La Vanguardia

Cata planea salir a bolsa cuando culmine la integració­n de Fagor

El grupo de electrodom­ésticos prevé facturar cerca de 600 millones hacia el 2018

- MAR GALTÉS

El grupo CNA-Cata, de Torelló, fabricante de equipos de extracción doméstica y encimeras, resultó ganador el pasado verano en el proceso de adjudicaci­ón de los activos de Fagor Electrodom­ésticos, empresa vasca en suspensión de pagos que pertenecía a la Corporació­n Mondragón. Jorge Parladé, presidente ejecutivo del grupo CNA-Cata, lidera ahora la integració­n de los nuevos activos con un plan para convertir al grupo, dentro de cuatro años, “en uno de los 4 o 5 primeros fabricante­s europeos de electrodom­ésticos, entre los 7 mundiales, y cotizando en la bolsa”.

Cata tiene su origen en 1947, cuando fue fundada por la familia Casals (fabricante­s de extractore­s industrial­es en Ripoll). Desde 1988 la empresa está dirigida por Jorge Parladé, y desde el 2005 es propiedad de CNA, sociedad inversora con sede en Luxemburgo. Cata, que en la década anterior adquirió Nodor (fabricante de campanas) y Apelson (comercial de productos de ventilació­n), tiene una planta en Torelló, tres participad­as en China y una en Brasil. Emplea a unas 2.000 personas y el 2014 facturó 176 millones de dólares (166 millones de euros), sólo el 30% en España.

Cata ofertó 42,5 millones para hacerse con los activos de Fagor en España, ahora agrupados en la sociedad Edesa Industrial: 20 millones ya se pagaron, y quedan tres plazos de 7,5 millones. “La compra de Fagor es la historia de una empresa pequeña que vence a un competidor grande (Cevital) y se queda una empresa mucho mayor”, dice Parladé. Fagor facturó 464 millones de euros en el 2013, y tuvo 3.000 empleados. En el 2014 la empresa estu- vo parada, y ahora, bajo la dirección de Francisco Martín, que era el director general de Cata, se vuelve a poner parcialmen­te en marcha. “Nos adjudicamo­s 6 plantas, 150.000 m2 de superficie industrial en el País Vasco –explica Parladé–. Pero nos planteamos una estructura de costes más ligera. Intentarem­os unificar en 2 o 3 centros productivo­s, y el plan prevé que dentro de 3 años la plantilla no supere las 705 personas directas y 800 indirectas”. Entonces, la empresa debería estar facturando 350 o 400 millones. CNA prevé en tres años inversione­s de unos 15 millones: “Un plan modesto en recursos, ambicioso en voluntad”, dice Parladé.

“Cata ha crecido en los últimos 25 años a un ritmo del 16% anual (con un bache en el 2008, que implicó una reestructu­ración en Torelló, donde ahora trabajan 140 perso- nas). Fagor empezará a fabricar productos de marca blanca, como hace Cata; pero mantendrán cada una su identidad y su posicionam­iento de mercado. Parladé confía en ganar “clientes europeos, cadenas de distribuci­ón que hasta ahora compraban en Asia”. Si se cumple el desarrollo previsto, en cuatro años “Fagor deberá haber alcanzado la velocidad de crucero de Cata”. Y el grupo, con ventas agregadas cercanas a 600 millones, estaría listo para “cotizar en bolsa, entrar en nuevas gamas y abrir fábricas en Europa y en otros continente­s, acercando la producción a los mercados –como el sector del automóvil–, para ganar eficiencia en logística y evitar riesgos de cambio”, dice Parladé.

Con plantas de Cata en Torelló, China y Brasil, el grupo reactiva varias fábricas en el País Vasco

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LLIBERT TEIXIDÓ Jorge Parladé dirige desde 1988 la empresa Cata, de Torelló, que desde el 2005 pertenece al grupo CNA

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