El terror del París
Neymar liquida la eliminatoria y totaliza 5 goles en los cuatro enfrentamientos contra el PSG
Neymar ha implantado una versión moderna del Reinado del Terror en París. Como un nuevo Robespierre, recurriendo a los goles en lugar de la represión violenta y la guillotina de finales del siglo XVIII, el brasileño ha castigado permanentemente al PSG. Como los jacobinos, no ha conocido la compasión. Ha marcado en los cuatro enfrentamientos de la tem- porada y ha totalizado cinco dianas contra el conjunto parisino. Si Laurent Blanc tenía depositada alguna esperanza en el cambio de régimen, a pesar de la resignación que siempre se dibujó en los rostros de sus hombres, Neymar la dinamitó en 14 minutos. Fue el destinatario de un eslalon de Iniesta con su alfombra mágica y se desprendió con habilidad de Sirigu para marcar a placer. Veinte minutos después abortó cualquier conato de insurrección
parisien desarmando a los centrales con un desmarque y definien- do con un testarazo un centro de Alves con la izquierda.
Daba la impresión de que fuera el Barça quien estaba en la obligación de remontar la eliminatoria porque aplicó la intensidad, la presión y la generosidad física necesarias para que la nutrida colonia francesa instalada en las gradas del Camp Nou perdiera la fe en la contrarrevolución en cuestión de minutos. El Barça tenía el control y Neymar, la dinamita. Convertido en uno de los delanteros más resolutivos de Europa, el brasileño totaliza esta tempora- da 30 goles, 12 de ellos originados en pases de Messi, monarca absoluto de la especialidad.
En la segunda parte, la afición gala reaccionó a la guillotina con cánticos de desesperación, “puta Barça”, confirmando la teoría de que las palabras malsonantes son lo primero que se aprende de un idioma foráneo. La afición blaugrana replicó con la educación y la ironía obligadas, gritando acompasadamente au revoir para despedir al rival y celebrar la octava clasificación del Barça para las semifinales en los últimos diez años. Presente en el palco de autoridades, la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, tuvo un detalle apreciable al tuitear, en perfecto catalán: “Recién llegada a Barcelona, expreso mi solidaridad con las familias y amigos de las víctimas de la terrible tragedia de ayer”. Una hermosa excepción a la teoría anteriormente mencionada. También en el palco, Ernesto Valverde, el entrenador del Athletic, que está prepa- rando a conciencia la final de la Copa. El pasado sábado envió a miembros del cuerpo técnico al Camp Nou a grabar y observar el partido del Barça contra el Valencia. Andy Murray se retrasó levemente y se perdió el primer gol, obra de Luis Suárez a los 54 segundos, y ayer volvió a estar en el palco. El tenista escocés, número 3 del mundo, acompaña a su hermano, que disputa el Trofeo Conde de Godó, y de paso disfruta de su luna de miel y de su gran afición. Su abuelo jugó en el Hibernian y Murray llegó a probar por el Glasgow Rangers antes de decidirse por la raqueta.
Andy vio en vivo el sábado el gol número 400 de Messi y ayer asistió al partido 50 de Luis Enrique en el banquillo. 42 victorias, 3 empates y 5 derrotas. Ya en el primer tiempo, la grada coreó el nombre del entrenador.
EL RENDIMIENTO El brasileño totaliza esta temporada 30 dianas, 12 de ellas originadas en pases de Messi
LA RESPUESTA DEL PÚBLICO La afición blaugrana replicó coreando ‘au revoir’ los insultos de la colonia francesa