La Vanguardia

El Bayern saca el rodillo y aplasta a un flojo Oporto

- C. NOVO Madrid

No hubo partido y no hubo discusión sobre la eliminator­ia. El 3-1 de la ida en Do Dragao fue un espejismo. Al Bayern le dio igual las bajas de titulares como Ribéry o Robben. Tiene tanto de todo que arrolló a un Oporto que salió a verlas venir y recibió un correctivo de los que tardan en olvidarse. Necesitaba dos goles el Bayern y ya los tenía a los veinte minutos. Contaba cinco antes del descanso. El Oporto vivió una noche de pesadilla. Un aviso para el Barcelona y los otros dos equipos que se clasifique­n esta noche.

Aguantar a este Bayern metido atrás no parece lo más apropiado. Lo mejor es salir a presionarl­e arriba. Lo entendió así el Madrid la temporada pasada y le salió bien. Lopetegi optó por una táctica más conservado­ra y resultó suicida. Guardiola ordenó a los suyos que abrieran el campo y aprovechar­an las bajas de los dos laterales portuguese­s, Danilo y Alex Sandro. Por los costados se desangró el Oporto. El Bayern fue una apisonador­a. Con Xabi Alonso al compás. Thiago de media punta y el peligro siempre latente de Lewandowsk­i el Bayern jugó con el Oporto al juego del gato y el ratón. Los bávaros eran el gato. Los dos primeros goles fueron de la misma factura: centros laterales y cabezazos impetuosos de Tiago y Boateng entrando desde la segunda línea.

Con los goles, el Oporto se colapsó. No tuvo ninguna capacidad de respuesta. Su centro del campo claudicó. Óliver Torres y Casemiro, los cedidos del Atlético y del Madrid, parecían niños entre hombres. Arriba no existió, con Brahimi y Jackson Martínez desconecta­dos. El Bayern apretó el acelerador. Se sabía ya ganador y los alemanes, a favor de obra, son un equipo incontenib­le. No va con ellos la especulaci­ón. Si pueden hacerte un roto, te lo hacen. El tercer gol fue una juga- da de tiralíneas dentro del área que cabeceó Lewandowsk­i; el cuarto, un tiro lejano de Thomas Müller que desvió hacia su portería Martins Indi y el quinto otra vez obra del delantero polaco.

El Oporto se rearmó en el segundo tiempo con la entrada de Ruben Neves, a sus 18 años uno de los mayores talentos del fútbol europeo. El Bayern bajó el ritmo y dejó hacer al rival. El equipo de Lopetegi sacó fuerzas de flaqueza y logró el gol del honor en un cabezazo de Jackson Martínez en posición dudosa. Otro gol hubiera metido en la eliminator­ia al Oporto, pero Xabi Alonso zanjó el debate con un lanzamient­o de falta cerca del final. Lopetegi terminó expulsado.

EXHIBICIÓN­EN 45 MINUTOS El Bayern volteó la eliminator­ia con un gran juego y cinco goles en el primer tiempo

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