Finalista por sorpresa
El número 66 del mundo da el golpe en la central y jugará la final hoy contra el campeón Kei Nishikori
Pablo Andújar, número 66 del mundo, sorprende a David Ferrer en semifinales y se mete en la final del trofeo Godó, en la que hoy aspira a vencer al actual campeón, Kei Nishikori, y coronarse rey del tenis de Barcelona.
Cristina, la madre de Cristina, la pareja de Pablo Andújar, y un grupo de ocho amigos no pararon de apoyar desde el primer momento al número 66 del mundo, que por primera vez en los últimos cuatro años había superado la segunda ronda del Trofeo Conde de Godó para plantarse en la final de esta tarde. Cuando Andújar confirmó que hoy aparecerá como un serio aspirante al título de Barcelona, lo más importante que ha hecho en su carrera deportiva después de los tres títulos que ha logrado en el circuito, Cristina comenzó a saltar y a gritar desde lo alto de la tribuna “Grande Pablo, grande Pablo”. El yerno había crecido en la pista y todo el grupo respiraba felicidad.
La verdad es que Pablo Andújar, 29 años, había dado un auténtico golpe en la central del Tenis Barcelona. Acababa de ganar a un top-ten, había eliminado a David Ferrer, el mejor tenista del circuito este año después de Novak Djokovic y acababa de presentar su candidatura para pelear por el título con el campeón, el japonés Kei Nishikori. “Creo que estoy inspirado y que estoy trabajando mucho. Sólo quiero pedir al público que en la final me proporcione un ambiente de Copa Davis, necesito de ello porque Nishikori está jugando muy bien”, dijo en la pista.
Cristina, la suegra, certificaba que Pablo estaba teniendo una semana fantástica. “Ha estado muy confiado toda la semana”, destacó. Andújar, de Cuenca, que antes de llegar a Barcelona sólo había ganado tres partidos de 12 disputados en once torneos, demostró ante Ferrer su mejor nivel, quizás comparable con el que tuvo en el 2012 cuando alcanzó su posición más alta en el ranking (33). Si el día anterior ante el verdugo de Nadal había aprovechado al máximo los errores de Fognini, ayer, Andújar brilló con luz propia con un tenis de mucha calidad, agresivo, con golpes que limpiaban las líneas y siempre con notable inteligencia.
Andújar fue de menos a más, mientras que Ferrer reculó. De tener un 4-1 en el primer set pasó a un 4-4 y, aunque salvó tres pelo- tas de break, volvió a estar arriba en el marcador con 5-4 porque Andújar, con 0-40, tiró cuatro restos malos, pero acabó perdiendo en el tie-break.
El público esperaba la reacción de Ferrer, pero para entonces y después de una hora de juego, el valenciano, ya había perdido el control del que se había mostrado tan confiado tras eliminar a Kohlschreiber. En pleno proceso de desequilibrio, Ferrer entregó los tres primeros juegos del segundo set, el segundo con dos dobles faltas. Ya no era un ju-
LA PETICIÓN DEL ASPIRANTE
“Estoy inspirado y para ganar a Nishikori necesito un ambiente de Davis”, dijo el tenista al público
gador seguro, ya había perdido la confianza y además estaba acelerado y no encontraba la forma ni de restar, ni de sacar, ni de colocar su drive para superar a Andújar, que entonces parecía todo un top-ten. Había removido todos los cimientos del mejor Ferrer, que creía haber subido el nivel en los cuartos de final.
“Hay días mejores y hay días peores”, resumió Ferrer su actuación. “He perdido la concentración y he fallado en todo. Pablo ha jugado muy bien, pero he tenido fallos tontos. Estoy disgustado y es una lástima no estar en la final”, añadió un entristecido Ferrer que soñaba con ganar el título a los 33 años y después de cuatro finales perdidas. La final, que comenzará a las 17.30, presenta a Nishikori como el gran favorito, aunque si Andújar no pierde la confianza, no se contenta con llegar a la final, será una final atractiva. En tres enfrentamientos, Andújar logró vencer al japonés en uno, en Madrid hace dos años. Esa es la referencia a tener en cuenta por este conquense que vive en Bélgica y que sueña con su primer gran título.