Jean-Marie Le Pen
FUNDADOR DEL FRENTE NACIONAL
Jean-Marie Le Pen (87), padre de la extrema derecha francesa, tiene una mala racha. Después de pelearse con su hija, líder del partido, la justicia le ha descubierto ahora 2,2 millones de euros ocultos en las Bahamas.
Después de un escándalo político a principios de mes que desencadenó la pelea familiar con su hija y el desmarque de sus correligionarios, una revelación sobre posible fraude financiero: el fundador y presidente de honor del ultraderechista Frente Nacional, Jean-Marie Le Pen, no gana para sustos.
Que es un tipo duro de pelar pocos lo dudan, pero con 87 años y lo que le está cayendo encima, su futuro político no vale un real.
El tribunal de justicia de Nanterre confirmó ayer un informe periodístico según el cual el patriarca Le Pen mantuvo hasta mayo del año pasado una cuenta bancaria oculta en Suiza. El tribunal confirma haber recibido esa información de la agencia antiblanqueo del Ministerio de Finan- zas, Tracfin, y estar investigando el asunto.
Según publicó esta semana el portal de información independiente Mediapart, Le Pen mantuvo esa cuenta primero en el banco HSBC y luego en la banca suiza CBH, a través de un trust administrado por su mayordomo y secretario personal, Gérald Gérin. La cantidad oculta en esas cuentas ascendía a 2,2 millones de euros, de los cuales 1,7 millones en lingotes de oro. Después de mayo del 2014, ese capital habría sido transferido al paraíso fiscal de las Bahamas. El tribunal no ha comentado ni ofrecido detalles en materia de cantidades ni sobre esas circunstancias. Por su parte, Le Pen presenta todo el asunto como una conspiración contra él.
“Todo esto forma parte de la ofensiva general que se ha lanzado contra nosotros”, dijo en de- claraciones a la emisora France Info. “No tengo por qué dar explicaciones sobre lo que diga el primero que pasa, en particular esos órganos parapoliciales encargados de sembrar la intranquilidad en la clase política”. “Así es como se ganan el rancho, a base de escándalos y de rumores”, añadió.
En abril Le Pen hizo titulares con una entrevista a una revista de extrema derecha en la que elogió al mariscal Pétain e hizo nuevas consideraciones antisemitas, lo que hizo reaccionar a su hija, Marine Le Pen, la presidenta del partido, que intenta lavarle la cara al Frente Nacional con el objetivo de paliar la alergia que suscita entre algo más de la mitad del electorado francés, lo que, hoy por hoy, impide su objetivo de conquistar algún día el Elíseo.
La dirección del Frente Nacional condenó las declaraciones de su fundador y le convocó ante su buró político con objeto de san- cionarle. Le Pen eludió la convocatoria, declarándose enfermo, y al mismo tiempo dio un paso atrás, retirándose como candidato a dirigir la región de Provenza-Costa Azul en las elecciones regionales de diciembre. Aquel rendimiento de cuentas ha quedado fijado para el 4 de mayo.
El patrimonio de Le Pen resultó considerablemente engordado en 1976, cuando el político recibió la herencia del empresario Hubert Lambert. En el 2013, Le Pen ya reconoció tener una cuenta en Suiza y se le investiga por más de un millón de euros no identificados en su fortuna.
“Forma parte de la ofensiva general que se ha lanzado contra nosotros”, replica el fundador del FN