Obama: “Somos una nación que necesita un examen de conciencia”
El presidente condena la violencia pero también exige una reflexión a la policía
Al presidente Obama le preguntaron ayer si Estados Unidos se encontraba en una situación de “crisis nacional” y él vino a responder que no. “Esto no es nuevo, lo arrastramos desde hace décadas..., somos una nación que necesita hacer un examen de conciencia”. No es nuevo, pero es cierto que ha coincidido con el primer presidente negro de la historia de Estados Unidos la explosión de un problema latente de discriminación que se está convirtiendo en el principal problema interno del Gobierno estadounidense.
La importancia que la Casa Blanca concede a los sucesos de Baltimore la puso de manifiesto ayer el propio Barack Obama, cuando dedicó más de un cuarto de hora a hablar del asunto durante la rueda de prensa compartida con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, que se pretendía histórica. “Lo siento primer ministro –se disculpó Obama–, pero este es un tema muy importante para nosotros”.
“Mi pensamiento está primero con la familia de Freddie Gray, es comprensible, exigen respuestas”, dijo Obama, enviando una mensaje de condolencia y fortaleza a los padres del afroamericano que murió con la espalda rota tras ser detenido por la policía. Pero su segundo pensamiento estaba “con los policías que han resultado heridos en los disturbios”. Era la manera de prometer que no habrá impunidad con los policías que abusan de su poder, pero tampoco con los grupos violentos que “aprovechan la situación para cometer crímenes”.
“La violencia no tiene excusa”, advirtió Obama, pese a que “hemos visto demasiados ejemplos de interacciones entre la policía y la gente afroamericana que plantea cuestiones preocupantes y que requieren una reflexión”.
El presidente adoptó en todo momento una actitud de respeto y comprensión por las protestas por la muerte de Gray, para separar claramente “las protestas y las plegarias” de los actos violentos “que nada tienen que ver con las protestas, que son actos criminales, contra personas y bienes del propio vecindario que cometen quienes distraen de las protestas legítimas para aprovecharse de la situación, pero deberán pagar por ello”.
Con todo, Obama extendió la reflexión al conjunto de la sociedad profundizando en el trasfondo social del fenómeno. “En algunos barrios la industria de la droga es la principal creadora de empleo”, constató. “No podemos dejar esto a la policía (...) Si nos tomamos en serio la solución de este problema, tenemos que proveer educación temprana a estos niños que ahora tienen más probabilidades de terminar en la cárcel o muertos que de ir a la universidad; hay que invertir para que la gente pueda obtener la capacitación necesaria para encontrar trabajo...” Y después de eso prometió intentar por su cuenta llevar a cabo “las inversiones masivas necesarias que el actual Congreso no va a hacer”, en clara referencia a la posición republicana. El candidato Ted Cruz hizo responsable a Obama de no garantizar la seguridad, mientras que Rand Paul achacaba el problema “a la ruptura de la estructura familiar”.
“No podemos dejar esto sólo a la policía; lo más probable es que estos niños acaben muertos o en la cárcel”