El PSOE ve libre de obstáculos el camino para la investidura de Díaz
González critica la utilización de Chaves y Griñán como moneda de cambio
La candidata socialista se someterá el martes a la primera votación de investidura
Griñán inicia ya su despedida; Chaves no se muerde la lengua y denuncia un “chantaje”
Los socialistas andaluces mantienen su optimismo sobre la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta. Eliminados los obstáculos que suponían sus antecesores en el cargo –José Antonio Griñán y Manuel Chaves–, los negociadores consideran que el resto de exigencias de Podemos y Ciudadanos son “asumibles”. La sesión de investidura se abrirá el próximo lunes 4 de mayo, con el discurso de la candidata, y al día siguiente llegarán las réplicas de la oposición y la primera votación, en la que Díaz necesita mayoría absoluta de la Cá- mara, 55 diputados. De no conseguirlo, la votación se repetirá el jueves 7, víspera del inicio de la campaña de las elecciones municipales y autonómicas. Entonces será suficiente con una mayoría simple, para lo que al menos 16 diputados deberán abstenerse.
El nuevo presidente del Parlamento andaluz, el socialista Juan Pablo Durán, anunció ayer el calendario fijado para la gran prueba de fuego de Díaz, consensuado con la mesa y la junta de portavoces de los cinco grupos del arco parlamentario. Nadie presentará candidato alternativo, pero tampoco nadie votará a favor de Díaz, salvo sus correligionarios.
Pese al optimismo socialista, a medida que pasa el tiempo se hace más evidente la irritación de los partidos de la oposición con la actitud del PSOE. Las declaraciones de Díaz en las que aseguró que será presidenta “pronto, muy pronto”, no gustaron nada en Podemos ni en Ciudadanos. El optimismo “impostado”, según Teresa Rodríguez, de los negociadores socialistas, Juan Cornejo y Mario Jiménez, también saca de sus casillas a la oposición.
“Quieren dar la impresión de que ya está todo pactado y no hay nada más lejos de la realidad”, señaló ayer Teresa Rodríguez. “Vamos a votar que no. Así, no. Si hay un cambio de política en los próximos días, entonces hablamos”, de- claró la portavoz de Podemos. Juan Marín, líder autonómico de Ciudadanos, se alineó con esta tesis al atribuir a un “globo sonda” el supuesto optimismo socialista sobre un acuerdo.
Podemos exige pasos concretos en torno a las dos condiciones que impone al PSOE –no contratar con entidades bancarias que desahucian y reducir los cargos públicos–, mientras Ciudadanos espera una respuesta por escrito a la propuesta de pacto contra la corrupción enviado al PSOE, y que los socialistas ven “asumible”.
Lo que a Díaz le habría gustado, confirman fuentes socialistas, es que el PP facilitara su investidura absteniéndose: “Susana es una mu- jer de Estado”, justifican. Pero como no se avino a la oferta de Juan Manuel Moreno de facilitar al PP, en contrapartida, los gobiernos municipales donde ganaran las elecciones, Díaz recurrió a entregar las cabezas de Griñán y Chaves, empujándoles a anunciar que no repetirán en sus respectivos esca- ños del Senado y el Congreso.
Pese al mal trago para los afectados, la dirección del PSOE guardó silencio: también Pedro Sánchez se quita así un lastre de encima. Pero ayer Felipe González quebró ese silencio, al romper una lanza en favor de Chaves y Griñán. El expresidente, en Antena 3, aseguró que él nunca habría aceptado la salida de ambos como condición para abrir el diálogo sobre la investidura de Díaz. Y es que, a su juicio, “la degradación institucional en España” ha llevado a que “la presunción de inocencia se ha convertido en presunción de culpabilidad”.
Pero ya no tiene remedio. Griñán, por tanto, ya empezó a despedirse de sus compañeros del Senado. Ayer no acudió a la cita que Pedro Sánchez celebró con el grupo parlamentario socialista en la Cámara Alta, pero hoy sí tiene previsto acudir al pleno.
El que sí fue ayer a escuchar a Sánchez al Senado fue Chaves. Y es que está dispuesto a mantener su agenda parlamentaria con toda normalidad, pese a que puede haber presiones para que dimita ya de su escaño según el curso de la negociación para la investidura de Díaz. Chaves, pese a haber tenido que aceptar el fin de su carrera política, no se mordió la lengua: “Dos partidos que llegan con un pretendido nuevo talante, con un nuevo lenguaje, que en una negociación utilicen a dos personas, tiene un nombre muy determinado en una negociación: chantaje”.