Simplicidad política
Tras años de observación del comportamiento de los estamentos políticos –personas y partidos–, he llegado a la conclusión de que todo es muy simple y puede sintetizarse en dos leyes: toda acción irá encaminada a conseguir el poder y, si ya se está en el poder, toda acción irá encaminada a permanecer en él. Todo lo demás son simples consecuencias.
Actualmente, los dos nuevos partidos que se presentan como renovadores y como motores y promotores del nuevamente llamado cambio, Podemos y Ciudadanos, han entrado en la bochornosa y obsoleta dinámica de la dialéctica desacreditadora del otro.
Podemos aún ha de definir su programa marco para las elecciones autonómicas y Ciudadanos dice que ellos serán lo que quieran los españoles. ¿Consiste en eso un partido político? Recuerden la frase de Groucho Marx: “Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros”.
Ante estos movimientos electoralistas, veo con decepción que los nuevos partidos emergentes, antes de empezar, ya han copiado las rancias y ridículas metodologías de los otros partidos, ya tan arraigados en la costumbre que son incapaces de aportar nada que no sea una farsa propagandística. Hace una semana les iba a votar a los dos, ahora sólo votaría a uno, y mu- cho me temo que la semana próxima ya no votaré a ninguno. Es todo tan simple. CARLOS SABARICH El Prat de Llobregat