Serenar la verticalidad
Victoria aplastante de un Barcelona que ha entendido dónde están sus fortalezas y ha sabido serenar algunas opciones como la verticalidad para aplicarla de manera selectiva.
Líneas juntas. Una posesión ligeramente continuada permite avanzar la posición del esférico y a su vez que los jugadores se vayan juntando. Las posibilidades de pase se incrementan de manera exponencial y no sólo eso, sino que el rival no halla compañeros de apoyo.
Defender hacia delante. Una de las grandes cualidades del mejor Barcelona era su capaci- dad para defender las pérdidas en campo rival. Y lo hace mediante jugadores que tienen esa virtud y que en cambio son deficitarios en este aspecto cuando tienen que defender retrasando su posición. Dos claros ejemplos de esa rara capacidad defensiva son Busquets y Alves. Dos jugadores que sostienen su poder en conceptos diferentes. El canterano sin velocidad pero con una gran habilidad para intuir hacia donde irá el esférico en una transición del rival que además lo complementa con una increíble habilidad para dar los pases al segundo toque después del robo. En cambio Alves es todo lo contrario, al ser el dinamismo personificado sorprende por su aparición y decisión. Pero luego qui- zás no aprovecha tanto el robo ya que hace más conducción. Para que vean que cada jugador tiene unas características en cuanto al ejercicio de la defensa, la antítesis de estos dos hombres es Adriano, un gran defensor hacia atrás y un punto medio Sergi Roberto, un hombre que frena muchas jugadas en una trayectoria defensiva en horizontal.
Cubrir a los tres puntas. En el partido de ayer se dio en diversas jugadas una situación similar. Xavi abandonaba su posición en la izquierda para dejar espacio a Adriano y forzando a Busquets a avanzar su posición. Complementados por la posición de Rafhina y Alves, se acababa dibujando un Barcelona con una gran acumulación de hombres en el medio campo, distribuidos mediante un escalonamiento ideal.
En muchas ocasiones era Xavi que desde su mirador distribuía el juego. Y cuando los puntas, el trío sublime, gozaba del balón podían intentar lo que quisieran a sabiendas de que la distribución escalonada de sus compañeros del medio del campo les iba a evitar la tarea de correr hacia atrás para defender. Aspecto futbolístico que jamás han necesitado practicar y que todos sabemos que no es muy de su agrado.
Alves. Alves es un tipo que me cae extremadamente bien y al que admiro por su capacidad futbolística. Desde que fue capaz de superar cierta inadaptación en su llegada al fútbol español en Sevilla hasta el día de hoy –y seguro que mañana seguirá siendo así– su respuesta competitiva es insuperable.
Es un jugador de una gran fortaleza mental ya que sabe y disfruta con superar las dificultades. En estos momentos donde ha habido cierto desencuentro con la directiva en su posible renovación se muestra hiperconcentrado y animoso. Es cierto que todos podemos sacar el tópico de que para eso le pagan y demás, pero no todos son capaces de responder con esa fiabilidad cuando las cosas no transcurren como le gustaría a uno.
El Barcelona ha entendido dónde están sus fortalezas, y delante tiene un trío sublime