La Vanguardia

La Liga a tiro.

El Barça necesita un triunfo para proclamars­e campeón

- Dagoberto Escorcia

Tras ganar a la Real Sociedad (2-0) y empatar el Madrid frente al Valencia (2-2), el Barça será campeón la próxima jornada si gana al Atlético de Madrid. En la imagen, Neymar y Bartra celebrando ayer el primer gol.

Suma y sigue. Se siente y se toca el título en el Camp Nou. La marcha del Barça hacia el campeonato de Liga continúa con paso firme y seguro. El empate del Madrid contra el Valencia en el Bernabeu aclara aún más el camino de los blaugrana, que ahora sólo necesitan tres puntos de los seis que faltan por disputarse. Una victoria en el Calderón o ante el Deportivo en el Camp Nou, en la última jor- nada, daría al Barça su quinto título liguero en los últimos siete años, y la primera de Luis Enrique. Un sueño que hace cinco meses parecía una quimera, y que ayer el barcelonis­mo comenzó a celebrar en el propio Camp Nou donde Luis Enrique y el equipo técnico, y algunos directivos vieron el final del Madrid-Valencia.

Las cosas han cambiado mucho después de aquella derrota de Anoeta. Desde entonces el equipo ha exhibido una enorme confianza en sus fuerzas, también en su moral y cada vez ha tenido más fe, creyó que podía, y apareció en cada partido más convencido de sus posibilida­des. Desde entonces juega el Barça no sólo con ilusión, sino también con tranquilid­ad. No es un equipo desesperad­o. Todo lo contrario. Va minando poco a poco al rival, funciona la presión y el acoso al adversario. Da igual quién esté enfrente. Ya sean campeones de otros países o equipos de la Liga, conjuntos incómodos, que apuestan por el buen fútbol, como ayer la Real Sociedad.

Por un lado da pena que esto se acabe, y que en el Camp Nou sólo queden dos partidos. Es una pena porque hoy en día la afición disfruta con sus jugadores, porque respira felicidad, da gusto ver al equipo, se goza con las genialidad­es de Messi, porque Piqué está en una forma espléndida, porque la defensa apenas pasa agobios, porque Alves está inmenso, Suárez rompe a cualquier defensa, Neymar es un crack de mucha categoría, capaz de llenar de amonestaci­ones al rival, porque el Camp Nou se resiste a dejar de ver a un Xavi sabio, porque no se quiere dejar de aplaudir la entrega y eficacia de Mascherano, porque resulta gratifican­te ver salir a jugadores que han tenido pocas oportunida­des como Pedro y que sea el autor de un golazo espectacul­ar que dio tranquilid­ad y sentenció a la Real Sociedad.

Va el Barça despejando el camino hacia sus objetivos. Está trabajando de forma individual, pero lo que es más significat­ivo es cómo lo hace de forma colectiva. No hay jugador que no luche, que no pelee, que no persiga al rival cuando pierde la pelota, que no releve a su

DOS EN CUENTROS Da pena pensar que sólo quedan dos partidos en el Camp Nou, porque hoy el ambiente es de felicidad

compañero en el momento de defender. Lo hace Messi, y también Neymar, y Suárez lo hace con ahínco. Pero nadie va con el freno de mano. Todos meten el pie. Nadie tiene miedo. Es el Barça que dirige Luis Enrique un equipo con genio, de carácter, ilusionado, que está inspirado y que, ade-

LOS GOLEADORES Neymar, de cabeza, y Pedro, de chilena espectacul­ar, ejecutan un triunfo liderado por Messi

más, cuenta con el mejor futbolista del mundo. Y eso es una garantía de éxito, sobre todo, si Messi está en plena forma física y ejecuta como un auténtico líder.

Acostumbra­dos a emociones fuertes como las del pasado miércoles contra el Bayern que dirige Pep Guardiola, el partido contra la Real Sociedad, también decisivo, fue como un sedante, especialme­nte en su primera parte, en la que parecía que el Barça todavía era víctima de la resaca de su extraordin­aria victoria contra los alemanes en las semifinale­s de la Champions.

No obstante, el equipo se fajó contra la Real Sociedad. Le costó romper la portería del joven argentino Rulli, que antes de recibir el primero salvó cuatro remates de forma espléndida.

El Barça salió más encendido, dispuesto a definir el partido tras el descanso. Y si bien al primer minuto Rulli evitó un gol de Bar- tra, a los 51 el guardameta donostiarr­a no pudo hacer nada ante un remate de cabeza de Neymar, que significó el 1-0. Fue entonces cuando la Real jugó mejor e inquietó más al Barça, hasta que a cuatro minutos del final, Pedro, que llevaba cinco minutos en el campo, remató el 2-0 de una chi- lena impresiona­nte. El público coreó el nombre del canario, pero también el de Messi, y los 86.000 espectador­es, muchísimos niños, que llenaron ayer el Camp Nou, se fueron felices, como el miércoles, pensando en que unas horas más tarde el Valencia podía hacer su felicidad completa. Y así fue.

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ROSER VILALLONGA
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Pedro Rodríguez marcó el segundo tanto del Barcelona con un soberbio remate
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DAVID RAMOS / GETTY

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