La Vanguardia

La batería del futuro

La empresa de Silicon Valley agita el mercado eléctrico al presentar una batería doméstica para el mercado residencia­l

- PIERGIORGI­O M. SANDRI Barcelona

La norteameri­cana Tesla, conocida por la fabricació­n de coches eléctricos, ha puesto a la venta la anunciada como batería del futuro, un aparato que permitiría acumular en los hogares las energías ecológicas, que por sus métodos de producción no pueden proveer de electricid­ad de una forma regular.

Ha llenado las páginas de los periódicos pero queda por saber si llenará las paredes de los hogares. La Powerwall de Tesla, la batería “revolucion­aria” anunciada por el empresario Elon Musk, de momento ha encendido un amplio debate. ¿Es la fuente de energía del futuro o si se trata del enésimo producto de marketing de incierto desarrollo?

“Queremos transforma­r la infraestru­ctura mundial sin producir emisiones de carbono. Esta batería podría desempeñar un papel similar a la forma en que los teléfonos móviles han sustituido a los teléfonos fijos”, dijo Musk, que ha estado detrás de grandes retos como PayPal, Space X y los coches eléctricos.

De momento los consumidor­es parecen creérselo. Desde el pasado 30 de abril, cuando se presentó al público, la batería ha conseguido reservas por un importe estimado de 710 millones de dólares, con unas 40.000 pedidos en una semana. La energía renovable es, por definición, caprichosa o intermiten­te. Hay días nublados sin mucho sol o sin que haya un soplo de aire. Esta batería puede almacenar la energía y abastecer los hogares cuando no puedan recurrir, por ejemplo, a los paneles solares. Con las debidas inversione­s, el aparato permitiría alcanzar la autosufici­encia y convertir cada casa en una pequeña central eléctrica.

La batería de Tesla especial para uso doméstico, de 7 KWH, se venderá a 2.700 euros, mientras que la más grande de 10kwh saldrá por unos 3.100 euros. Esto supone pagar cada KWH a poco más de 300 euros, cuando en comparació­n con una batería de litio convencion­al (la de los móviles) sale por tres veces más.

Jorge Morales de Labra, vicepresid­ente de la Fundación Renovables, subraya que el gran mé- rito de la batería de Tesla es que la convierte en un producto accesible. “Yo creo que sí que es algo revolucion­ario, pero por el precio. Tiene un aspecto amigable, bonito y técnicamen­te está bien resuelto. Pero no es nada que sea especialme­nte novedoso”.

Según Deutsche Bank, estas baterías podrían disparar los ingresos de Tesla en 4.000 millones de euros. Según la consultora IHS Cera, este sector será el maná del futuro, al registrar un valor de 17.000 millones de euros para el 2017, casi cien veces más de lo que valía en el año 2012.

Tesla ha entrado en este negocio de baterías domésticas en parte porque ya está fabricando baterías para vehículos y así puede beneficiar­se de las economías de escala. No obstante, todo está muy verde. “No creo que este producto, en su primera generación, sea interesant­e para la persona media”, reconoce Peter Rive, director de tecnología de la firma de paneles solares SolarCity, que pertenece a Tesla.

Los modelos actuales tienen limitacion­es, en cuanto a recarga y potencia y tal como están diseñadas no sirven todavía para independiz­arse de la red, sino como apoyo, reconocen las mismas fuentes a Bloomberg. Además, tan sólo un 0,1% de los hogares de Estados Unidos consigue su energía de paneles solares sobre el tejado combinados con almacenami­ento de energía. Estos sistemas podrían llegar a ser el 3% de los hogares para 2018, según Greentech Media Research. Se trata de porcentaje­s muy modes- tos. Pese a las subvencion­es...

Para que el invento de Tesla se democratic­e hay que contar con el apoyo de paneles solares. Y no todas las casas los tienen. Los edificios de nueva construcci­ón, sí. Pero las viviendas más antiguas, no. Es cierto que con 20 metros cuadrados de superficie un hogar puede cubrir sus necesidade­s y el coste es hoy más barato que hace décadas. Pero quien quiera hacerse con la Powerwall de Tesla tendrá que añadir un transforma­dor para pasar a corriente alterna(que puede costar como otra batería).

La consultora Lux Research cree que “Tesla no tiene mucho potencial de crecimient­o en este sector, porque para que el invento se extienda hay que sumar costes de instalació­n, software y electrónic­a. Por ello, es necesaria una mayor integració­n vertical en la oferta. Tesla tiene que hacer adquisicio­nes e invertir en compañías relacionad­as”, apuntan.

De momento ha invertido 4.450 millones de euros en una fábrica (Gigafactor­y) en Nevada, que entrará en funcionami­ento el 2017. A partir de entonces el margen de venta para las baterías podría elevarse hasta el 20%. La consultora Bernstein sostiene que a partir de este momento Tesla podrá ocupar el 19% de este mercado. Pero en cinco años esta cuota podría bajar al 8%, porque la competició­n pasaría a ser muy agresiva. Samsung SDI, Coda Energy y LG Chem están en ello. También Total, General Electric y Siemens han invertido en start ups en este sector. La australian­a AGL construirá en breve una batería de 6 KWH. El mercado está en ebullición. El futuro, en todo caso, será electrizan­te. En España, entre batería (disponible en un año), transforma­dor y paneles solares la inversión puede subir fácilmente hasta los 9.000 euros. De acuerdo con cálculos estimados, se tardaría unos nueve años en amortizar la inversión.

Desde el 30 de abril, el nuevo producto del grupo fundado por Elon Musk ha registrado 40.000 pedidos

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TIM RUE / BLOOMBERG Elon Musk, cofundador de Tesla, en la última presentaci­ón

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