Cumplir compromisos
Es frecuente el hecho de evitar adquirir compromisos probablemente por las exigencias que ello supone. En el ámbito familiar se elude el compromiso del matrimonio y los hijos y en el mundo laboral se hacen auténticas virguerías para que las responsabilidades con los empleados sean las mínimas.
Y en el terreno de la política no digamos. En campañas electorales se anuncian programas de actuación que muchas veces son incumplidos ignorando a los votantes que los creyeron. El respeto a la palabra dada es un valor en desuso que produce un gran mal y que es necesario recuperar. Podríamos empezar vigilando que se cumpla en nuestro ámbito fa- miliar y una seria exigencia a los partidos políticos que, al final, son los encargados de organizar la sociedad.
Los ciudadanos deberíamos, de una vez por todas, exigir a los políticos una mayor concreción de sus prioridades y la obligación de hacer públicas, cada cierto tiempo, las actuaciones realizadas sobre los compromisos básicos que manifestaron. PILAR PEÑA SAIZ Barcelona