Barcelona pierde población extranjera por cuarto año
Los procesos de nacionalización y el regreso a los países latinoamericanos explican la disminución
La tendencia de los últimos años, en los que la población extranjera en Barcelona ha disminuido, se mantiene. La lectura del padrón municipal correspondiente al 1 de enero del 2015 facilitada ayer por el Ayuntamiento revela que en la capital catalana había a comienzos de este año 262.233 personas de nacionalidad no española, lo que representa un 16,3% de los habitantes de la ciudad (a comienzos del año 2009, había en Barcelona 295.000 extranjeros, un 18,1% de la población).
Esta cifra supone un descenso de 5.345 personas respecto al 2013, el cuarto año consecutivo de disminución. Este fenómeno es consecuencia sobre todo de los procesos de nacionalización de inmigrantes con años de residencia en España y, especialmente, del retorno a sus países de personas que llegaron a Catalunya procedentes de todos los rincones del mundo antes de que estallara la crisis económica. La operación retorno es especialmente significativa entre los residentes en Barcelona provenientes de América Central y del Sur (muy significativamente de países como Bolivia, Ecuador y Perú) y del Sudeste Asiático.
Los datos actualizados sobre la población extranjera se han hecho públicos en el inicio de una campaña para las elecciones municipales en la que este ítem no figura entre los grandes temas de discusión partidista, al menos en la capital catalana. Buena prueba de ello es que en estos primeros días y en el debate de candidatos celebrado la noche del viernes apenas ha habido referencias a la inmigración salvo en el discurso del candidato del PP, Alberto Fernández, que sí lo utiliza con cierta regularidad. En las listas de los principales problemas que aparecen en todas las encuestas de opinión, la inmigración tam-
EL PRIMERO DEL RANKING El colectivo italiano se mantiene desde el 2008 como el más numeroso en la ciudad
poco aparece tampoco aparece en los lugares más destacados.
Los expertos en demografía del Ayuntamiento de Barcelona apuntan que la ciudad podría ha- ber entrado en un nuevo ciclo migratorio, en el que concentra una gran movilidad de población: mantiene una alta capacidad de atracción de extranjeros pero, al mismo tiempo, muchas personas salen de Barcelona para regresar a sus países, para trasladarse a otros lugares del planeta donde encuentran mejores condiciones de trabajo o, simplemente, a municipios vecinos con un menor coste de la vida.
Por nacionalidades, los italianos se mantienen un año más como el colectivo extranjero más numeroso en la ciudad, con 25.707 personas. Cabe recordar
EN CAMPAÑA El de la inmigración no está entre los temas debatidos en estas elecciones
que muchas personas acceden al pasaporte italiano por razones de parentesco en países como Argentina o Brasil. Los italianos pasaron a ser el grupo más numeroso en el 2008, cuando desbancaron a los peruanos y, desde entonces, han mantenido esta condición. En segunda posición siguen los naturales de Pakistán, si bien en el último año se registró una ligera disminución de residentes en Barcelona de esta nacionalidad. Los chinos son los terceros, seguidos de los franceses y los marroquíes.
A diferencia de años anteriores, en el 2014 no hubo un gran incremento en el número de ciudadanos de países de la Europa occidental empadronados en Barcelona. Cierto es que, en líneas generales, estos colectivos de países comunitarios siguen aumentando, pero lo hacen de forma mucho más discreta: 692 italianos más, 219 franceses, 100 británicos. También se observa que los estadounidenses ya no vienen a Barcelona sólo a hacer turismo. La colonia de ciudadanos de aquel país establecidos en la capital catalana continúa creciendo y el año pasado lo hizo en 161 personas.
El colectivo nacional que más ha incrementado su presencia en la capital catalana es, no obstante, el chino (1.052 más que a comienzos del 2014). También ha aumentado de modo significativo, por este orden, la población de italianos, rusos, venezolanos y hondureños. Esta dos últimas son excepciones entre los países de Latinoamérica, ya que el mayor número de bajas en el censo barcelonés se registró entre ecuatorianos, peruanos bolivianos y colombianos. En conjunto el número de personas procedentes de aquella región disminuyó un 11,8%. Ecuatorianos y peruanos, que no hace muchos años figuraban en lo más alto de este ranking ocupan hoy las posiciones séptima y novena, respectivamente. De la globalización de la sociedad barcelonesa da fe el hecho de que en la ciudad haya empadronados en la actualidad habitantes de 166 nacionalidades diferentes.
La tendencia a la baja en la llegada de extranjeros la notan los servicios municipales, como el punto de información para el arraigo, que durante el 2014 recibió 4.349 instancias, un 12,3% menos que el año anterior. Para hacerse una idea de cómo el boom migratorio de hace unos años ha remitido considerablemente basta recordar que en el 2009 se presentaron casi 11.500 solicitudes. Lo mismo sucede con los reagrupamientos familiares, 2.764 en el 2014, 357 menos que en el 2013.
Una de las características de la población extranjera en Barcelona en los últimos años es su tendencia a ocupar de forma dispersa el territorio. Cierto es que algunos barrios superan todavía la tasa del 30 o del 40%, pero también lo es que barrios tradicionalmente vinculados con la inmigración, como el Raval, llevan ya más de un lustro con la población fo-
MULTINACIONAL En la actualidad, en Barcelona viven ciudadanos de 166 países
TENDENCIA GENERALIZADA La población extranjera baja en nueve de los diez distritos de la ciudad
ránea estabilizada o incluso en descenso.
En el caso concreto del Raval, a lo largo del 2014, perdió 543 ciudadanos extranjeros. Fue el barrio de la ciudad que más notó la disminución del número de foráneos en términos absolutos, seguidos de el Carmel (320) y Sants (300). En términos relativos, sin embargo, fueron Sant Genís dels Agudells (12,9%), Canyelles (12,1%) y Vall d’Hebron (11,2%) los que en mayor medida vieron decrecer su población extranjera.
Por el contrario, los barrios en los que más aumentó la población no española fueron Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera (199) y la Dreta de l’Eixample (180).
También hubo reducción de la población extranjera en nueve de los diez distritos de la ciudad. La excepción fue el de Sarrià-Sant Gervasi, donde el pasado 1 de enero había empadronadas 19 personas no españolas más que a comienzos del 2014. El distrito que tiene más extranjeros es el Eixample (47.981), cosa lógica habida cuenta de que es también, con mucha diferencia, el distrito de Barcelona con más población (supera el cuarto de millón de habitantes). Proporcionalmente, el distrito en el que los extranjeros tienen mayor presencia continúa siendo es Ciutat Vella, donde los ciudadanos que no poseen la nacionalidad española representan el 42,4% de la población total. El que menos es el de Les Corts (10,8 por ciento).