Sorprendentes y fascinantes
Lo más agradablemente llamativo de este disco es el decidido cambio en la sonoridad del cuarteto, un viraje bastante drástico que algunos no han dudado en calificar de fiero. En cualquier caso, da una idea de la dimensión de este a menudo fascinante grupo. Tuvieron un arranque hace tres temporadas no solo prometedor sino casi estruendoso gracias a la muy buena acogida del recordable Boys & Girls. Allí había buena música, letras elaboradas, inquietud y curiosidad y una front-woman como Brittany Howard, una fornida cantante, guitarrista y compositora negra que ejercía de pivote y vocalista excepcional.
El paso de estos pocos años ha significado una admirable evolución desde el rock sureño en el que nacieron (macerado en Otis Redding y Rolling Stones) a una amplia paleta sonora de enérgico rock, donde no hacen ascos ni al punk ni al grunge ni al heavy, tras pasar por el soul funk de los gloriosos setentas. El riesgo sonoro que asumen en este álbum admirable, no por el potencial peligro del resbalón sino por la seguridad y desenvoltura con que es asumido, al que añaden además soluciones instrumentales y arreglos poco usuales en estas latitudes, como xilofones o incandescentes secciones de cuerda. Se pasa, pues, de un densísimo tema como The greatest, con infinidad de diferentes flecos rockeros, a temas rítmicamente adictivos como Don’t wanna fight o Miss you, uno desbordando alma mayfieldiana y el otro lleno de un soul tirando a… fiero.