Maniobras militares de Rusia y China en el Mediterráneo
Primeros ejercicios navales conjuntos de los dos países en el Mare Nostrum
La Armada china ha llegado al Mediterráneo. Buques de la flota del gigante asiático inician hoy, por primera vez, unas maniobras en el Mare Nostrum mano a mano con barcos rusos. Estos ejercicios reafirman la cooperación entre los dos países, en un momento en que Moscú busca aliados frente a las sanciones de Europa y Estados Unidos, y Pekín desafía a Washington con sus ambiciones marítimas.
Cooperación marítima 2015, así se llaman las maniobras que, desde hoy y hasta el día 21, llevarán cabo nueve buques de las flotas de China y Rusia en aguas mediterráneas. La Armada del gigante asiático participa con dos fragatas y un barco gasolinera de abas- tecimiento. Los tres efectuaban hasta ahora misiones de escolta de los mercantes que atraviesan el golfo de Adén, y es la primera vez que navíos chinos se adentran en aguas tan lejanas a su país para unos simulacros militares.
En los próximos diez días, los barcos chinos y rusos desarrollarán una serie de operaciones conjuntas centradas en la seguridad en la navegación, abastecimiento en alta mar, misiones de escolta y prácticas con fuego real.
“El objetivo de estos ejercicios es profundizar en la cooperación a la hora de hacer frente a las amenazas a la seguridad en el mar”, dijo el portavoz del Ministerio de Defensa chino, Geng Yangsheng, en su rueda de prensa mensual en Pekín. “Estos ejercicios no van dirigidos contra ningún tercer país y no tienen nada que ver con la situación regional”, subrayó.
Sin embargo, a nadie se le escapa que estas maniobras son más importantes por el mensaje que transmiten que por los ejercicios en sí mismos. Se producen en un momento en que Rusia busca nuevos aliados frente al aislamiento a la que le someten Europa y EE.UU. por la crisis de Ucrania, y China también busca socios fuertes con los que contrarrestar la renovada alianza militar entre EE.UU. y Japón.
La presencia de las fragatas chinas en estos ejercicios en el Mediterráneo sugiere, asimismo otra señal de Pekín a Washington. Revela la voluntad de los líderes chinos en mostrar su capacidad militar y en desafiar a EE.UU. Un re- to que se pone de manifiesto en que estas operaciones se celebran en una región considerada feudo de la OTAN y que responde a los numerosos ejercicios que las fuerzas aeronavales estadounidenses realizan junto a sus aliados frente a las costas chinas.
Y, en un último movimiento, Pekín también ha dado a conocer que ha enviado un submarino nuclear al golfo de Adén para misiones de escolta contra la piratería. Una nueva demostración de la capacidad de China para actuar lejos de sus costas.
Nunca los navíos chinos se habían alejado tanto de su país para unos simulacros militares