Dos policías mueren a tiros en un control de tráfico en Misisipi
El agente Benjamin Deen, de 34 años, fue distinguido como oficial del año 2012 en Hattiesburg (Misisipi). Su colega Liquori Tate, de 25, era un novato.
Los dos fallecieron este sábado a causa de los impactos de bala que recibieron después de dar el stop a un coche. Tras una huida, tres sospechosos resultaron detenidos a la largo de la madrugada de ayer, entre ellos los Banks, un par de hermanos, vecinos de la ciudad y viejos conocidos por las fuerzas de seguridad, con antecedentes por tráfico de drogas y tenencia ilícita de armas.
Hacía tres décadas que no se registraba el óbito de un agente en Hattiesburg. La racha se ha roto en medio de un debate nacional sobre la brutalidad policial por las reiteradas muertes de negros desarmados a manos de uniformados, de Ferguson (Misuri) a Baltimore (Maryland). En Baltimore continuaron el sábado las protestas por la desaparición de Eddie Gray, coincidiendo con el estreno de la canción que Prince ha dedicado a Baltimore, donde la fiscal ha inculpado a los seis implicados en la detención de Gray.
Las muertes de Deen –blanco y adscrito a la brigada canina– y Tate –afroamericano– se produjeron al día siguiente del funeral en Nueva York por el agente Briaen Moore, tiroteado al tratar de detener a un sospechoso.
Uno de los testigos del suceso de Hattiesburg aseguró a una televisión local que la acción se desencadenó de forma rápida. Uno de los policías dio el alto y empezaron los disparos, seis o siete. El agente que acudió en ayuda del otro también salió malparado. Ambos fallecieron en el hospital al que los trasladaron.
El portavoz Warren Strain indicó que todo empezó en un control rutinario, pero desconocía el motivo desencadenante del tiroteo. A Marvin Banks, de 29, y a Joanie Calloway, de 22, se les detuvo como presuntos autores de dos asesinatos. Además, a Banks se le acusa de posesión del arma, que todavía no había sido hallada, y de darse a la fuga en uno de los vehículos de los patrulleros. Lo abandonó no muy lejos. El tercer arrestado es su hermano Curtis, de 26, al que le imputan por colaborar en el crimen.
“No sabemos que pasó por su cabeza”, señaló Johnny Dupree, alcalde de la ciudad, al hablar sobre los supuestos agresores.
Su muerte y la de otro agente en Nueva York llegan en medio del debate sobre la brutalidad policial