Veinticinco años del circuito de Montmeló
DE forma incontestable, el piloto alemán de Mercedes, Nico Rosberg, se adjudicó el Gran Premio de España de F-1 el día que el circuito de Montmeló celebraba su 25.º aniversario como escenario automovilístico de nivel mundial y después de renovar el contrato con los organizadores de la fórmula 1 por tres años más, hasta el 2019. Un cuarto de siglo durante el cual las instalaciones del Circuit Barcelona-Catalunya en el Vallès Oriental, además de consolidarse como uno de los clásicos de la velocidad, tanto en coches como en motos, se ha erigido en un puntal en la organización de pruebas, ensayos y acontecimientos relacionados con el mundo del motor, además de convertirse en uno de los principales reclamos turísticos de Barcelona y de Catalunya, con un negocio anual que se eleva a los 330 millones de euros.
Vale la pena reflexionar sobre el éxito del Circuit de Barcelona-Catalunya, ahora que precisamente Europa pierde fuelle en el circo de la fórmula 1 en favor de circuitos de países emergentes, dispuestos a pagar cantidades exorbitantes, que han obligado a renunciar a otros que, como Alemania, disponen de una potente industria automovilística que además es puntera en el sector de la gran velocidad. Una de las razones de la permanencia de Barcelona y Catalunya es su gran tra- dición automovilística. Desde 1921, año en que se celebró la primera prueba Peña Rhin a escala internacional en el circuito de Vilafranca del Penedès, que tuvo su continuidad en los de Pedralbes y de Montjuïc, las carreras de velocidad automovilística han estado presentes cada año, con breves periodos de ausencia por causas mayores, como la Guerra Civil. Y eso ha sido posible gracias a la iniciativa privada. El gran salto fue la construcción del circuito de Montmeló, que, también merced al apoyo de las administraciones, ha logrado perseverar en aquella tradición.
El mundo de la F-1 ha evolucionado mucho. La celebración de un Gran Premio tiene unos costes muy altos que obligan a sus organizadores a cuadrar cifras, empeño en que han fracasado muchos. Ahí están los casos de Jarama, Jerez y Valencia, en España. Por lo que respecta al de Montmeló, Sebastià Salvadó, presidente del RACC, alma máter del circuito y uno de los protagonistas del acuerdo para la prórroga del contrato con Ecclestone, explicaba a La Vanguardia que “Barcelona ha logrado ser un referente en la fórmula 1”, a pesar de que “sabíamos que nunca tendríamos el dinero para competir como otros”. Pero todo es posible si hay “pasión y trabajo bien hecho” y un activo, Barcelona, que tiene “un atractivo brutal”.