Estudiantes a todo gas
Los alumnos de FP dual confían en las prácticas en empresas para conseguir trabajo
Yo no sé cómo es el alma, pero si existe, los motores deben tener una porque se quejan, se desesperan, se rebelan y se comportan como niños a los que se tiene que formar, día a día”. Enzo Ferrari, fundador de la escudería Ferrari, sostenía que había que conocer en profundidad al coche para comprender el mundo de la automoción. Idea que comparte Joan Lara, uno de los 267 estudiantes que este año cursa un ciclo de formación profesional de automoción en Catalunya. A Lara, de 22 años, siempre le ha gustado el mundo del motor, por eso estudia el grado medio de electromecánica de vehículos automóviles en el Institut Caparrella de Lleida, uno de los centros donde ya se aplica la formación profesional dual. Está en el segundo curso, tres días acude al instituto para realizar clases teóricas, y dos días trabaja en el taller Mecá- nica Azul, donde ya se siente como un trabajador más.
Lara cambia bombonas de suspensión, realiza reglajes, cambio de inyectores, entre otras funciones, bajo la supervisión de un tutor que “ya me ha dado mi propio carro de herramientas para que trabaje a mi ritmo, lo cual significa que la empresa cada vez confía más en mí”, explica Lara emocionado. “Estoy aprendiendo con profesionales del sector y al mismo tiempo gano un sueldo –cobra
LOS ESTUDIANTES, QUE CON LA FP DUAL PASAN MÁS HORAS EN LAS EMPRESAS, APRENDEN ENFRENTÁNDOSE A AVERÍAS REALES
APRENDER CON CASOS REALES
3,60 euros la hora, como fija el convenio–”, añade Lara, que espera que la empresa pueda contratarle en un futuro. Emili Grau, director del Institut Caparrella, donde estudia Lara, explica que “desde que se implantó la FP dual en 2012 los alumnos tienen más interés en los ciclos, ya que los ven como una importante vía de inserción laboral y también saben que obtendrán una formación muy cualificada porque trabajan con casos/averías reales en las empresas”. Opinión que comparte Javier Abad, jefe de estudios de FP del Institut Pere Martell de Tarragona, donde también se imparten varios ciclos de automoción, que señala que “en la FP dual el estudiante es un trabajador más, aprende y al mismo tiempo produce, por lo tanto hay más implicación y motivación”. Y si para el estudiante realizar más horas de prácticas –900 en dual frente a las 400 del modelo antiguo– es positivo, para la compañía también, “ya que al principio forma al estudiante en función de sus necesidades y poco a poco lo convierte en un miembro más del equipo de trabajo”, añade Abad.
Carlos Grande, estudiante del grado medio de carrocería del Institut la Guineueta de Barcelona, espera poder reali- zar las prácticas en Nissan –empresa con la cual tiene convenio el centro–. De ello dependerán las calificaciones, la actitud –valorada por los profesores– y los convenios con las empresas. Uno de los principales problemas para los institutos es que, en ocasiones, no tienen suficientes convenios con tantas compañías como alumnos, por lo que las plazas para realizar las prácticas en dual son reducidas.
No obstante, Manel Bielsa, jefe de estudios del Institut la Guineueta de Barcelona, asegura que “se está produciendo un cambio de mentalidad entre las empresas, y cada vez son más las interesadas en tener alumnos/trabajadores en FP dual”. Las empresas son conscientes de que tienen que pagar un sueldo y que necesitan coordinarse con los centros educativos, “pero también saben que están formando estudiantes que en un futuro serán trabajadores de su empresa”.