Alonso se abona a la resignación
McLaren no progresa, el asturiano se retira y Button pasa miedo
LA BOFETADA DE BUTTON “No había pasado tanto miedo en mi vida como en las 30 primeras vueltas, el coche se iba, era terrorífico”
¿Y dónde está el paso adelante? se preguntaban muchos en el Circuit de Barcelona. La misma sensación de vacío en el paddock, en los corrillos de prensa o en los bares a la sombra de las gradas, donde escasean las camisetas de McLaren. Difícilmente la ilusión
alonsista pueda tocar más fondo. Su ídolo prometió al llegar un avance en el rendimiento del coche, y se marchó sin entrar en la Q3 (13.º en la calificación), sin sumar ni un punto, ni siquiera acabar la carrera. Segundo abandono en cuatro grandes premios, esta vez por una avería en los frenos. Y su compañero, Jenson Button, antepenúltimo, doblado a media carrera y maldiciendo un coche “terrorífico”. El retrato de la frustración.
Y Fernando Alonso, la imagen de la resignación. Su discurso es cada vez menos convincente. Le preguntaron al bajarse del MP430 si las sensaciones que tenía ahora, tras la quinta carrera, al menos eran mejores, y su silencio para iniciar la respuesta fue sintomático. “Bueno... Son mejores si los comparamos con la primera carrera, que éramos último y penúltimo, y luchábamos entre compañeros. Ahora poco a poco nos mezclamos con algunos co- ches”, es su pobre consuelo. “Queda un largo camino, estamos a dos segundos de los coches de cabeza, es un mundo, ellos mejoran y nosotros tenemos que mejorar el doble, es un desafío muy grande, pero estoy convencido de que lo podemos sacar adelante”. La misma canción de lo mejor está por llegar...
Nada que ver con la descarnada descripción de Button. “No había pasado tanto miedo en mi vida como en las primeras 30 vueltas, el coche se iba, era terrorífico”, señalaba el inglés, sin pe- los en la lengua. “No es probable que vayamos a puntuar en toda la temporada”, remató, dejando con el trasero al aire a su compañero y a McLaren. La escudería de Woking ha optado por no ahondar en el ridículo y evita ya ponerse plazos de progresión, de cuándo alcanzará objetivos nobles, los puntos, los podios y las victorias. Incluso hay quienes hablan del 2017 para que los MP430 empiecen a ser competitivos. ¿No tenía tanta prisa Alonso por volver a ganar?
Su carrera de Barcelona fue un capítulo más de las miserias vistas en las anteriores carreras, aumentadas por las promesas de unas mejoras que más bien fueron peoras. Antes de retirarse en la vuelta 26 por problemas en los frenos traseros –al parecer, por una visera suelta que dañó los discos–, Alonso marchaba en 14.ª posición, a 1m15s de la cabeza, a punto de ser doblado –Rosberg rebasó a Button dos giros después–, rodaba 3 segundos más lento que el líder, a 7 de la zona de puntos que cerraba Verstappen... Un panorama desolador.
Aunque Alonso mantenía que “podía haber sido 8.º o 9.º con la estrategia de dos paradas”, según las simulaciones –verdaderamente optimistas– de McLaren. “Es una lástima, no ha podido ser”, se resignaba el español. “Al menos en la salida tuve un poco de acción”, se consolaba.
Y ahora Mónaco. “Allí espero seguir mejorando; vendrá alguna pieza nueva, de motor y de aerodinámica. Espero que la carrera sea un poco alocada y aproveche la oportunidad”. E ir tirando.