Europa reclama ayuda a la ONU ante la ola migratoria
La UE busca aval internacional a acciones militares contra las mafias Londres avisa que no aceptará una cuota obligatoria de refugiados
La puesta en práctica de los principios de la nueva estrategia migratoria europea –dureza con las mafias que se lucran con el tráfico de personas y apoyo a los que merecen recibir asilo político– se enfrenta a sus primeros obstáculos legales y políticos dentro y fuera del continente.
El plan europeo de acabar con el tráfico de inmigrantes y en especial su medida estrella, lanzar una operación naval para destruir los barcos de las mafias, suscitó ayer algu- nas dudas entre los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que ayer debatió el asunto con la alta representante de política exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini.
Europa ha pedido el apoyo de la ONU a su plan, que presentó de manera más amplia para tratar de aplacar las preocupaciones que suscita la iniciativa en algunos países africanos, ya que se percibe como una respuesta militar a la crisis migratoria. “Lo crucial para la Unión Europea es destruir el modelo de negocio de estas organizaciones, asegurarnos de que no pueden usar más sus barcos y que sus bienes, en el sentido más amplio, son destruidos”, explicó Mogherini, garantizando que “nadie ha hablado de bombardear”. La representante europea garantizó también que no se harán devoluciones en caliente de los inmigrantes que se rescate en alta mar; es decir, que tal y como prevé el derecho internacional, “ningún refugiado o emigrante que sea interceptado en el mar será enviado devuelta contra su voluntad”.
Mogherini se mostró convencida de que, pese a las dificultades, habrá una resolución de las Naciones Unidas “en un tiempo razonable” que respalde su actuación. El borrador de resolución iba a enviarse anoche a las distintas delegaciones. La ambición de Europa es que la co-
Mogherini pide apoyo a la ONU para lanzar una operación naval contra los traficantes de personas
munidad internacional se implique: “Al fin la UE se ha dado cuenta de que tiene que asumir su responsabilidad de forma más activa. Pero ahora queremos que el mismo grado de concienciación sea compartido a nivel global”, reivindicó la jefa de la diplomacia europea. “No podemos hacerlo solos”.
Las propuestas que mañana tie- ne previsto aprobar la Comisión para actualizar la política migratoria común podrán a prueba esa voluntad de actuar juntos –plasmada en las conclusiones de la cumbre extraordinaria de mediados de abril – y de explorar nuevas vías para remediar la situación.
Los planes del Ejecutivo comunitario son más ambiciosos de lo que varios estados miembros, y en particular el Reino Unido, están dispuestos a aceptar. Tal y como su presidente, Jean-Claude Juncker, ha ido anunciado desde su elección, la intención del Ejecutivo comunitario es abrir vías a la inmigración legal para desincentivar los viajes a la desesperada.
Bruselas plantea además fijar cuotas de acogida de refugiados políticos en función del tamaño, la riqueza y la situación económica de cada país de la Unión. Para aprobar esta medida, sin precedentes la Comisión estudia utilizar un artículo del tratado que prevé utilizar este instrumento en caso de situaciones de emergencia debido al “flujo repentino de nacionales de terceros países” hacia la Unión Europea. Esta base legal permitiría aprobar la medida aunque no contara con el apoyo de todos los estados miembros. La ONU recomienda a Europa que asuma un objetivo anual de 20.000 refugiados al año. Fuentes comunitarias sugieren que la cifra puede ser similar a la que recibe Estados Unidos, unos 60.000.
Para aplacar los temores que la iniciativa puede suscitar, Bruselas plantea instaurar el reparto de refugiados (en acogida temporal) por países de forma voluntaria y, en función de la respuesta, decidir más adelante si es necesario crear
Londres avisa de que no aceptará un sistema obligatorio de reparto de cuotas de refugiados
un régimen vinculante. La propuesta, que mañana debatirá y aprobará el colegio de comisarios europeos, puede abrir un nuevo frente diplomático con Londres, donde ya se exploran vías legales para autoexcluirse de esta posible nueva política comunitaria.
“El Reino Unido tiene un pasado orgulloso de ofrecimiento de asilo a quienes lo necesitan, pero no creemos que un sistema obligatorio de reubicación sea la respuesta”, declaró ayer un portavoz del Ministerio de Interior del Reino Unido (el sexto país de la UE que más refugiados acogió el año pasado, un 20% del total). España figura también entre los países reacios a la iniciativa, que pide aplicar teniendo en cuenta también el impacto de la inmigración. Los países del Este se muestran asimismo reacios.
Francia, el cuarto país que más peticiones atendió en el 2014, considera por el contrario que es necesario establecer cuotas a escala europea. “Tenemos que trabajar con los países de origen para distinguir entre inmigración ilegal y asilo”, puntualizó ayer el ministro de Interior francés, Bernard Cazeneuve.