Renzo Rosso
Renzo Rosso, magnate de la moda, dona 5 millones de euros para restaurar la joya veneciana
EMPRESARIO DE MODA Y MECENAS
El magnate de la moda, propietario de Diesel, ha donado cinco millones de euros para restaurar el puente de Rialto, una de las joyas venecianas del siglo XVI. Rosso hará colgar un cartel publicitario de otro de sus negocios.
El puente de Rialto, como toda Venecia, necesita del mimo constante para sobrevivir. Y en esta ciudad única, administrada por un comisario gubernamental desde que estalló hace un año un grave escándalo de corrupción, no sobra el dinero para las tareas de mantenimiento. De ahí que este puente sobre el Canal Grande, una joya del siglo XVI, esté siendo restaurado gracias a los 5 millones de euros aportados por un mecenas privado, Renzo Rosso, magnate de la moda y empresario carismático, propietario de firmas como Diesel.
Los trabajos para rehabilitar el dañado puente y devolverle su máximo esplendor comenzaron hace unos días, no sin cierta polémica ciudadana, como es inevitable entre los venecianos, muy celosos de su patrimonio pero siempre bastante alérgicos a los patrocinios publicitarios.
Según indicó a este diario Matteo Secchi, un conocido activista contra la degradación de Venecia, “ha habido malhumor por volver a recurrir a la iniciativa privada para restaurar un lugar tan emblemático”, cuando el Ayuntamiento se ha gastado millones en obras urbanas muy discutibles en áreas de la terraferma ( la parte continental de la ciudad) de nulo interés turístico.
Entre los comerciantes de la zona lamentan también los inconvenientes de que el proyecto haya arrancado justo ahora, en primavera, en plena temporada turística. “¿No podrían haberlo hecho en noviembre, diciembre o enero, en temporada baja? –se preguntó Secchi–. Pero, obviamente, Rosso habría logrado menos impacto publicitario durante el invierno”.
Rosso, de 59 años, empresario de origen campesino, un hombre hecho a sí mismo, ganó el concurso de patrocinio organizado por el municipio. Al genio de los tejanos le ofrecieron varias posibilidades pero optó por el puente por su visibilidad y porque se adapta a la mentalidad de su holding de la moda, Only The Brave (OTB). Cuando se presentaron las obras, Rosso expresó la esperanza de que, finalmente, la restauración cueste menos y el dinero sobrante se dedique
a otras mejoras del patrimonio veneciano. “Creo que un empresario al que le van bien sus compañías tiene la obligación de devolver al territorio una parte de lo que gana”, subrayó. El rendimiento publicitario de la operación procede de un cartel en el que se anuncia un montaje artístico que también financia una compañía de Rosso con ocasión de la Bienal de Venecia.
La exposición mediática de Rosso y de sus marcas tuvo otro momento importante hace unos días al serle concedido el doctorado honoris causa en Economía Empresarial por la universidad romana de Tor Vergata. El dueño de Diesel dijo que nunca ha trabajado por dinero y que, de haberlo hecho, habría tomado decisiones fáciles con las que no hubiera logrado el mismo éxito. El empresario se mostró enamorado de la energía, de “la sangre virgen” y de la frescura juveniles como dinamizadores de los negocios y auguró que asuman más lugares de responsabilidad. Animó asimismo a los estudiantes a sacrificarse y a “luchar por aquello en que se cree”. Sobre los escándalos de corrupción, Rosso comentó que es bueno que salgan a la luz, cuantos más mejor, “para conseguir acabar con el viejo modo de actuar en Italia, de norte a sur”.