Hollande busca en La Habana una parte del pastel cubano
El presidente francés reclama el fin del embargo económico de EE.UU.
Francia quiere su tajada de pastel cubano. Con su presidente François Hollande a la cabeza, el gobierno de París exhibe en la isla su diplomacia económica, buscando una posición de ventaja en las nuevas oportunidades de mercado que se abren con el deshielo entre Washington y La Habana.
“Es una visita histórica”, dijo Hollande llegando a Cuba, para iniciar el primer viaje oficial de un mandatario francés a la isla. Más tarde, en una conferencia ante decenas de estudiantes en la Universidad de la capital cubana, el jefe del Elíseo abogó por el levantamiento del embargo económico y comercial que EE.UU. aplica contra la isla desde 1962. Francia hará todo lo posible para que “las medidas que tan gravemente han perjudicado el des- arrollo de Cuba, finalmente se puedan levantar, ser derogadas”, dijo Hollande. También recordó que cada año, desde la década de los noventa, su país ha votado en la ONU a favor de la resolución que pide el fin de esa medida.
El presidente francés, que por la tarde fue recibido por Fidel Castro en su domicilio, no desaprovechó la ocasión para subrayar la “trascendencia” de su visita, puesto que es el primer mandatario europeo en llegar a Cuba desde que el pasado 17 de diciembre Washington y La Habana anunciaran la decisión de reanudar sus relaciones diplomáticas. “Vengo como presidente de la República Francesa pero también como representante de un miembro fundador de la Unión Europea, es Europa la que está presente hoy”, añadió. Su gobierno está satisfecho de “participar en la apertura de Cuba al mun- do”, apostilló Hollande, recordando una frase acuñada por Juan Pablo II. La referencia al papel de la Iglesia católica como interlocutor del régimen que preside Raúl Castro se había traducido momentos antes en reconoci- miento oficial, cuando el presidente francés impuso la Legión de Honor al cardenal Jaime Ortega, arzobispo de La Habana. Precisamente ayer el Vaticano confirmó el viaje del papa Francisco a Cuba, previsto para septiembre.
El peso institucional del séquito que acompaña a Hollande da cuenta de la importancia que París concede a la expedición. Viaja acompañado del presidente de la Asamblea Nacional, así como de los ministros de Ecología, Justicia, Salud, Cultura y Asuntos de Ultramar. Pero la comitiva empresarial es todavía mayor. Una treintena de hombres de negocios y ejecutivos de multinacionales francesas se desplazaron a la isla en busca de nuevos frentes de negocio. Air France, la hotelera Accor, el gigante de las bebidas alcohólicas Pernod Ricard –que lidera las inversiones galas con su marca de ron Havana Club–, el holding de telecomunicaciones y construcción Bouygues o la petrolera Total quieren ampliar su actividades en Cuba.
Si bien unas 60 compañías francesas ya trabajan allí, todo está por construir. Francia –en conversaciones con La Habana para renegociar su deuda de 15.000 millones de dólares con el Club de París– es el décimo socio comercial de Cuba, muy lejos de las posiciones de Venezuela o China. Pero es el cuarto inversor extranjero, después de España, Canadá e Italia, con intereses en los sectores agroalimentario, energético, náutico y turístico.
“Es una visita histórica”, destaca el primer mandatario francés que hace un viaje oficial a Cuba