Una grieta en el fortín del PP
La hegemonía del PP en Castilla y León está amenazada por primera vez desde 1991
Castilla y León ha sido en las últimas décadas el fortín inexpugnable del PP, que goza de la mayoría absoluta más añeja entre las autonomías. La conserva desde 1991 sin interrupción, como sí las hubo en la hegemonía popular en sus otros dos feudos de mayor antigüedad, Galicia y Baleares. Pero ahora nota un desgaste que ha llevado a los populares a presentar de nuevo al presidente Juan Vicente Herrera, que quería retirarse tras 14 años en el poder.
Hay varias encuestas que señalan que la mayoría absoluta en Castilla y León está en el aire, aunque el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) haya pronosticado que es la única que tiene asegurada el PP. Su colchón es tan grande que perdiendo incluso diez de sus 53 diputados actuales conserva la mitad más uno. En el 2011, en plena descomposición del dominio en España del leonés Rodríguez Zapatero, el PP se hizo con el 63% de los escaños, aunque sólo obtuvo el 51% de los votos, un desequilibrio que muestra cómo les favorece el sistema electoral.
De hecho en el sondeo del CIS Herrera mantendría la mayoría con sólo el 40,9% de los sufragios. En otros sondeos se mueve en el filo de la navaja, con alrededor del 39%. Y hay una particularidad que aumenta el suspense, ya que son nueve circunscripciones provinciales, en un territorio inmenso y poco poblado.
El problema demográfico se agravó en la última legislatura, ya que la población se redujo en un 2,5% y quedó algo por debajo de los 2,5 millones de habitantes, lo que no sucedía desde 2004. Según el Instituto Nacional de Estadística, el 23,7% de los castellano-leoneses tiene más de 65 años, frente al 18,1% de la media española. En este contexto no sorprende que la tasa de actividad, que mide la proporción de gente incorporada al mercado laboral, se halle casi cinco puntos por debajo de la media española. Esta brecha contribuye a relativizar el diferencial del paro, que en Castilla y León es algo menos de tres puntos inferior al de toda España. En lo que sí hubo convergencia en el 2014 fue en el crecimiento económico regional, igual a la media española, con un 1,4%.
Sin estar en el epicentro de los casos de corrupción, en Castilla y León han aparecido ramificaciones de operaciones como Gürtel o Púnica y tramas regionales, como la eólica, por el presunto pago de comisiones ilegales. Así, el malestar se tradujo en las europeas en un retroceso de 14 puntos del PP, frente a los 16 que cayó en España.
Sin embargo, no se vislumbra una alternativa potente al Gobierno del popular Herrera. El PSOE, desangrado por guerras fratricidas, también cotiza a la baja en las en- cuestas, con una pérdida de 5 a 9 escaños para su joven candidato, Luis Tudanca.
Como también puede suceder en las principales ciudades de la región, si de las urnas no sale una mayoría absoluta del PP, la llave la podría tener Ciudadanos. El resultado final de esta fuerza y el de Podemos son otra incógnita, así como ver si resisten los dos partidos pequeños que en el 2011 lograron un escaño cada uno, Unión del Pueblo Leonés e Izquierda Unida. Pero sobre todo lo que está en juego es si el PP mantiene la hegemonía en el territorio en el que Aznar inició el despegue hacia el poder en España.