¿Ha olvidado su password?

Soy de los que intentan poner siempre la misma palabra de paso en todos los dispositivos, registros, perfiles, subscripciones, formularios u otros lugares impensables en los que protegemos el acceso con una contraseña. Pero eso no siempre es posible. A menudo el sistema te pide que combines caracteres numéricos u otras zarandajas y lo acabo modificando. Luego olvido estos cambios y me toca recurrir al clásico link del “¿Ha olvidado su password?” para reconstruir el camino. Una pérdida de tiempo absurda que me desespera. Por eso me interesó tanto la breve entrevista monográfica sobre passwords que John Oliver le hizo a Edward Snowden, el rey de Hackerlandia. La pueden ver en YouTube. Oliver se dedica básicamente a la sátira política. Escribe, produce, actúa y presenta programas de televisión. Es británico y pasó por Cambridge, de modo que en Estados Unidos le adoran. Hace un año que conduce el show Last Week Tonight with John Oliver en HBO. El pasado nueve de abril emitió una entrevista con Snowden de pregunta única: ¿qué debo hacer para que mi password sea inviolable? Snowden empezó asegurando que la gran mayoría de los passwords que usamos son descifrables en menos de un minuto. Y entonces Oliver empezó a proponer algunos aparentemente ingeniosos. El primero, PASSWERD. Snowden sonrió. Cuestión de décimas de segundo. El segundo, ONETWOTHREEFOUR. Más sonrisas condescendientes del exadministrador de sistemas conocido en todo el mundo por haber revelado información clasificada sobre el programa de vigilancia masiva de la Agencia de Seguridad Nacional norteamericana.

Luego Oliver aumentó la dificultad de la contraseña con una retahíla de cifras, letras y caracteres diversos. Pero Snowden le reveló la clave para garantizar una buena seguridad: pasar de passwords a passphrases, es decir, de la palabra a la frase. Y entonces Oliver se lució con la siguiente propuesta: admiral alonzo ghost penis 42 O Y OLO. ¡Esta sí que es una buena contraseña!, aplaudió Snowden. Cumple todas las condiciones: mayúsculas, minúsculas, cifras y, sobre todo, es memorable. Aún estaba desconcertado por la memoraiblidad de la parte final de la propuesta de Oliver (OYOLO) cuando Snowden me rescató proponiendo la contraseña que adoptaré a partir de hoy en todos mis dispositivos, cambiando sólo el nombre de la protagonista: margaretthat-cheris110%SEXY. Esta sí que me parece memorable, en el sentido de poderla recordar. Igual de memorable que el comentario sobre la contraseña thatcheriana con la que el cómico Oliver despidió al trágico Snowden: “¡Uau, este password no lo adivinaría ni un ordenador!”.

Edward Snowden reveló la clave para garantizar una buena seguridad: pasar de passwords a passphrases