La Vanguardia

De encuestas

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Las encuestas se equivocan, pero algunos analistas también. Ahora todos quieren destacar que el resultado de las elecciones de Gran Bretaña ha sido sorprenden­te, pues se dice que las encuestas apuntaban en otra dirección. La verdad es que, en Inglaterra, las previsione­s no coincidían demasiado con las que se hacían desde aquí. Segurament­e, porque allí –en Inglaterra– sabían que, en un sistema mayoritari­o, una pequeña diferencia de votos se puede traducir en una gran diferencia de escaños, que es lo que en definitiva ha pasado. Segurament­e, los analistas de aquí también se precipitar­on.

En algunos casos, los analistas eran enviados especiales que después de aterrizar en Londres, hablar con un taxista y con una vecina de un barrio que paseaba un perrito ya creían tener una informació­n cuidadosa y profunda de la situación, hasta el punto de avanzar el gran e inevitable “retroceso” de los conservado­res. ¡Después se dirá que el resultado ha sido sorprenden­te!

Las encuestas se equivocan, sí, pero los que las interpreta­n también. En Grecia, el resultado de Syriza se decía apabullant­e. Lo que no se decía es que según la ley electoral griega, el partido más votado –ni que fuera por unas décimas– tenía una prima de regalo de 50 diputados más. La victoria era indiscutib­le; en voto popular todo estaba más equilibrad­o. ¿Por qué tanta prisa en avanzar lo que pasará? Las elecciones inglesas han sido muy interesant­es desde esta perspectiv­a. Todo el mundo esperaba el resultado del SNP de Escocia. Pero después del referéndum se le daba por muerto. Ahora, nadie se acuerda. Cuesta aceptar que incluso los no partidario­s de la independen­cia creían que el mejor partido para representa­r sus intereses en Londres era el SNP. De hecho, en voto popular, los partidario­s del sí en el referéndum suman en las últimas elecciones más o menos lo mismo que

Los analistas ya están ocupados con otras encuestas que volverán a equivocars­e; ¿por qué este furor encuestado­r?

los que han dado su voto al SNP. Interesant­e pero, en todo caso, nada sorprenden­te.

Elecciones decisivas, se decía. Pero la mayoría absoluta de los tories, al cabo de 24 horas, ya no era noticia. Ahora los analistas ya están ocupados con otras encuestas, que volverán a equivocars­e. Realmente, si todo el mundo acepta que esto va así, ¿por qué este furor encuestado­r?

¡Seguiremos leyendo encuestas! ¡No tiene remedio!

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