CANNES El cine que veremos en otoño
La 68.ª edición apuesta por una renovación de cineastas y marca el retorno de los títulos independientes con grandes estrellas
Cada año, en la competición y fuera de ella, en las secciones paralelas o en esas otras secciones perpendiculares o esquinadas a la oficial, como son La semana de la Crítica y La quincena de los Realizadores, el festival de Cannes ofrece una muestra de lo que deparará la temporada cinematográfica. Digamos hasta los Oscar.
Y cada año, también, la selección del festival que arranca mañana, miércoles, con la proyección de La tête haute, de Emmanuel Bercot –filme francés sobre un joven delincuente y la juez que lo vigila (Catherine Deneuve como protagonista)–, llega acompañada de la habitual fanfarria que asegura: “Será el mejor de los festivales”. O de las enojadas críticas de los cinéfilos más pesimistas que dicen: “Es el fin del cine”.
Lo cierto es que alguno de estos últimos, los más críticos entre los críticos, se lanzarían si pudieran, cual Jesucristo en el Templo, escaleras abajo del inmenso y cuadriculado Palais des Festivals de Cannes, donde transcurre buena parte del certamen, para expulsar a los mercaderes. Esos seres que salen poco del sótano, donde cierran proyecto tras proyecto de los que no oiremos nada en años. En ese subterráneo nada oscuro, muy bien iluminado, con la agitación de zoco árabe, reside quizá el verdadero Cannes, el de los negocios. Y lo que pasa arriba es una distracción. Pero en los pisos superiores reside la verdadera emoción, el alma de Cannes, aunque la cartera del certamen se guarde a buen recaudo –y se alimente– en su sótano.
LAS ESTRELLAS
Cannes prohíbe las ‘selfies’
Hay quien piensa que Hollywood aplasta Cannes. También hay quien, por el contrario, asegura que, este año, como el anterior, no habrá suficientes estrellas para llenar la alfombra roja. Pero no faltarán, ni mucho menos. Aunque el director del certamen
Thierry Fremaux les ha prohibido hacerse selfies –“esa práctica ridícula y grotesca”, afirma Fremaux– en la alfombra. Por el atasco que produce en la ceremonia diaria. Pero las estrellas estarán, con o sin autofotos. Empezando por un jurado de auténticas estrellas, con los hermanos Coen como presidentes. Rosy de Palma, Sophie Marceau y Sienna Miller, como miembros del jurado, asegurarán el glamour cotidiano en la alfombra roja. Del jurado también forman parte la cantante de Mali, Rokia Traore; el actor Jake Gyllenhaal, y los directores Guillermo del Toro y el jovencísimo Xavier Dolan. También Benicio del Toro, Salma Hayek, Cate Blanchett y Matthew McConaughey, entre muchas otros famosos, estarán entre el 13 y el 24 de mayo para dar luz y color a esa famosa alfombra roja de la Croisette, un espectáculo en sí mismo. Sin selfies.
EL ESCÁNDALO
De Gaspar Noé a Oliveira
¿Cómo será la 68.ª edición de Cannes? Todo y nada, y ahí reside su grandeza (y su miseria). Porque es el único certamen capaz de alcanzar la cuadratura del círculo cinéfilo: allí donde todos encuentran lo que quieren. Y también lo que detestan. Un certamen, como este año, donde convivirán en su programación taquillazos seguros e inminente como Mad Max:
furia en la carretera con la última propuesta del minoritario y premiado con una Palma de Oro Apichatpong Weerasethakul, que vuelve al certamen con El cemen
terio del esplendor. Pero entre los títulos más esperados (con los cuchillos en ristre) está el del argentino-francés Gaspar Noé, que ha encontrado un hueco en la programación nocturna del festival para Amor, dicen que un porno puro y duro en tres dimensiones. Noé ya habló de este proyecto en el festival de Sitges del año 2009, mucho antes que Von Trier presentara su Nymphoaniac en todos los festivales del mundo menos en Cannes, precisamente, allí donde el danés es considerado persona
non grata. Manoel de Oliveira, por su parte, también tendrá su momento. Del venerado director luso se exhibirá Memorias y con
fesiones de marcado tono, bueno, confesional. El cineasta portugués, fallecido hace poco más de un mes a los 106 años, realizó este documental autobiográfico en 1982. Pero dio órdenes de que no se proyectara hasta después de su muerte. Cannes será el segundo lugar donde se podrá ver, tras su reciente estreno, hace apenas una semana, en el teatro Victoria de Oporto.
LAS PELÍCULAS
Hegemonía del inglés
Más allá de los gritos y acusaciones habituales de unos y otros, de sus dudas y sus deseos, Cannes apunta algunas tendencias que vale la pena explorar. La primera: la hegemonía del inglés. Innegable. De la veintena de títulos en competición en la sección oficial, sólo tres estan firmados por directores que tienen el inglés como lengua materna: los norteamericanos Gus Van Sant, con su The
sea of trees, y Todd Haynes, con Carol, además del australiano Justin Kurzel, que presenta una adaptación de Macbeth, protagonizados por el británico-alemán Michael Fassbender y la francesa Marion Cotillard.
Y sin embargo más de la veintena de estos títulos tienen el inglés como lengua oficial de rodaje. Títulos como The lobster (La langosta), del siempre imprevisible director griego Yorgos Lanthimos ( Canino), está hablado en inglés, protagonizada por Colin Farrell. Y lo mismo ocurre con The
tale of Tales (El cuento de todos los cuentos), del italiano Matteo Garrone, el director de Gomorra. Un inglés hablado por la mexicana Salma Hayek, acompañada en el reparto por el francés Vincent Cassel. También su compatriota Paolo Sorrentino ( La gran belle
za), se decanta por el idioma de Shakespeare en Youth (Juventud).
¿Y EL CINE ESPAÑOL?
León de Aranoa en la Quincena
Poco, como es ya tradicional. Nada en la sección competitiva. Nada en las secciones paralelas de la selección oficial. Tenemos que desplazarnos hacia Quincena de Realizadores donde Fernando León de Aranoa presenta Un día
perfecto, también rodada en inglés. Un filme que gira alrededor de la guerra –la guerra de los Balcanes en concreto–, pero que habla, como es habitual en León de Aranoa, más de la vida, el deseo de vida, que el callejón sin salida de la muerte. El reparto es absolutamente internacional, con Benicio del Toro, Tim Robins y la rusa Olga Kurylenko. Por su parte, Elena López Riera presentará, en la misma sección, el cortometraje
Pueblo. Una historia que habla de paradojas y choque cultura, y que cuenta la historia de un joven, alejado de España, que vuelve a su pueblo para las fiestas de Semana Santa.
WOODY ALLEN
Se pone filosófico
Joaquin Phoenix ejerce de sofisticado profesor de filosofía en
Irrational man, en el que parece que Woody se pone serio. De nuevo. Poco se sabe de la película anual de Allen, más allá que la protagoniza Phoenix y Emma Stone. Filosóficamente serio, hasta que se hable del órgano preferido del director, después del cerebro, claro.
LOS DIRECTORES
Regreso del cine independiente
Si los últimos años, han sido los festivales de los sospechosos habituales –Loach, y los demás–, en esta edición se detecta una cierta renovación. La sección competitiva se abre, por ejemplo, a un recién llegados como Joachim Trier, con Louder than bombs, o al citado Justin Kurzel, con Mac
beth. Otros directores jóvenes, pero bien conocidos, tienen también su lugar. Como Denis Villeneuve, con su filme Sicario, protagonizado por Benicio del Toro. El trío de italianos –Moretti, Sorrentino y Garrone– que no esperan al festival de Venecia. Y otros clásicos, como Todd Hynes, con
Carol, su adaptación de una obra de Patricia Highsmith. Así como los asiáticos como Hou Hsiao Hsien, Jian Zhang-ke y el japonés, Kore-Eda Hirokazu. Si algo los define a buena parte de ellos es que practican un tipo de película, pequeña, que se adorna –y se promociona– con grandes estrellas en su reparto. Carol, de Hynes, es un ejemplo. Como tantas otras en la competición. Este Cannes del 2015, tan igual y tan diferente a ediciones anteriores, parece que marca el regreso de ese cine de presupuesto pequeño, pero con estrellas dentro, el cine de clase media podríamos decir, que definió el cine independiente de los años noventa.