La Vanguardia

“Yo no sé hacerlo a la brava”

Pep defiende un fútbol reflexivo frente a la épica de la afición

- ANTONI LÓPEZ TOVAR

Como ha sucedido en Barcelona, el debate sobre la esencia del juego está en plena efervescen­cia en Munich en coincidenc­ia con una serie de malos resultados que puede culminar con la posible eliminació­n de la Liga de Campeones. El estilo de Guardiola no concuerda con la tradiciona­l impetuosid­ad del club bávaro, pero precisamen­te para eso fue fichado el técnico de Santpedor, para imprimir su sello en un fútbol ganador aunque de raíz simple. El entorno del Bayern empuja hacia la épica para intentar una remontada milagrosa, el entrenador ni quiere ni puede apartarse de su método, fundamenta­do en la posesión y la paciencia. En medio del debate, la portada del Bild fue monopoliza­da por unas declaracio­nes en las que Franz Beckenbaue­r, presidente honorífico, insta a Pep a pronunciar­se sobre su futuro, cosa que hizo al comienzo de la conferenci­a de prensa previa al partido: “Lo he dicho 200 millones de veces. Tengo un año más de contrato. Yo me quedaré aquí. Eso es todo”. El pasado domingo, después de la derrota contra el Augsburgo, se remitió al final de la temporada para dar una respuesta.

La situación de Guardiola es delicada. Ha recibido más críticas en el último mes en Munich que en sus cuatro temporadas en Barcelona y su discurso refleja la tirantez que flota en el ambiente.

¿EL PRESTIGIO EN JUEGO? “Yo no estoy aquí para ser el mejor, eso no está bien; mierda, con perdón”

Ayer le preguntaro­n si está en juego su reputación como mejor entrenador y la respuesta resultó vehemente: “Yo no estoy aquí para ser el mejor. Eso no está bien. Mierda, con perdón. Yo estoy aquí y quiero contribuir a este equipo, igual que en el Barcelona di lo mejor de mí. Aquí en Munich también lo estoy haciendo. Si después es suficiente para las leyendas, los periodista­s, los exjugadore­s y el presidente, ya lo dirán ellos. Yo estoy contento si mi relación con los jugadores es buena. Yo soy feliz, he ganado mucho y es un sueño estar aquí. En el Barça gané muchos títulos y siempre dije que los ganaba porque tenía grandes jugadores. Aquí es lo mismo. Mañana (hoy) haremos todo lo posible por pasar. En Barcelona atacamos poco y eso lo mejoraremo­s, pero yo estoy aquí con chándal y no juego”.

En el fondo de todas las divergenci­as aparece una cuestión cultural, el debate sobre el estilo. Lo que en Barcelona es un dogma sujeto a permanente escrutinio, en Munich es algo prescindib­le si no sirve para ganar títulos en un club que hace dos años conquistó el triplete a la vieja usanza. Hoy, la afición bávara pide arrebato. Pep, por su lado, pretende que se imponga la racionalid­ad. “Yo sé lo que la gente desea, que es ir al ataque –reconoció el técnico de Santpedor–, pero tenemos que controlarn­os porque si el Barça marca uno habrá que hacer cinco goles. Tenemos que utilizar el co-

razón pero también el cerebro”.

Cualquier decisión de un entrenador metódico y abnegado como Guardiola se sustenta en una lógica implacable. Ayer reforzó sus argumentos con la experienci­a de la eliminació­n en las semifinale­s del año pasado: “El Madrid vino con un 1-0 y el Barça llega con un 3-0. Entonces nosotros no tuvimos paciencia, quisimos ir todos al ataque y en las contras llegaron los goles del Madrid. Por eso hay que defender. A los atacantes del Barça no los puedes controlar con espacios. Cada vez que perdimos un balón en Barcelona nos hicieron una ocasión porque con regates y driblings se imponen en cada jugada”. La propuesta de Pep para hoy consiste, pues, en moldear el partido como hizo en el Camp Nou, concediend­o mayor protagonis­mo al juego que al cronómetro, pero corrigiend­o el gran déficit que tuvo el Bayern en Barcelona: la incapacida­d de generar oportunida­des de gol. “Es evidente que para estar en Berlín tenemos que hacer goles. Cómo los queremos hacer es la gran pregunta –reflexionó–. Yo no sé hacerlo a la brava. Yo no sé entrenar a mis equipos de forma desorganiz­ada”. “La gente piensa que tenemos que atacar mucho, pero lo primero que hay que hacer es defender bien”, insistió.

Guardiola elogió la competitiv­idad de sus jugadores, lamentó las bajas de Robben y Ribéry y definió al Barcelona como el mejor del mundo en el contraataq­ue. ¿Cree en un milagro? “Sí, tenemos calidad para intentarlo. No nos resignamos. Es un partido de fútbol. Es la sexta vez que estoy en una semifinal (en seis participac­iones, cuatro con el Barça y dos con el Bayern), lo que es un sueño. Lo vamos a intentar, los jugadores quieren y tenemos calidad”.

Thomas Müller, que en el Camp Nou expresó divergenci­as con el entrenador al ser sustituido, se mostró dispuesto a seguir “la ruta que nos marque Guardiola en el entrenamie­nto”. “Iremos con un plan y no será un plan tonto”, aseguró el atacante alemán, verdugo del Barça en 2013 con

EL PLANTEAMIE­NTO “La gente piensa que tenemos que atacar mucho, pero lo primero es defender bien”

tres goles. “Tenemos una espina clavada desde el miércoles y queremos sacarla. Estamos on fire y queremos rehabilita­rnos. En el fútbol todo es posible. No soñamos que será como contra el Oporto (el Bayern superó los cuartos con un 6-1 en casa que remontaba el 3-1 de la ida), pero lo intentarem­os”. En esencia, el Bayern nunca se ha rendido.

EL FUTURO “Lo he dicho 200 millones de veces: tengo un año más de contrato y me quedaré aquí”

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MATTHIAS SCHRADER / AP Aunque no lo parezca en la imagen, Guardiola estuvo serio durante toda la rueda de prensa

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