La Vanguardia

El Barça encara el futuro

- Santi Nolla

Los socios del FC Barcelona apostaron por el presente y por el futuro el pasado miércoles en el Camp Nou, en el partido que enfrentó al club blaugrana con el Bayern. Pep Guardiola no se llevó ninguna ovación extemporán­ea. La gente del Barça quiso dejar muy claro que su mirada está puesta en quienes defienden los colores en este momento y que unas semifinale­s de la Champions necesitaba­n todo el apoyo al equipo. No fue ninguna afrenta. No se produjo tampoco la ocasión propicia para el aplauso. Nadie lo buscó. Ni Pep, que se sentó discreto en el banquillo, ni los aficionado­s, que no estuvieron pendientes de eso. El homenaje al técnico del Bayern era más una cuestión de los amigos de Guardiola que de la masa social del Barça.

No habría que sacar sesudas conclusion­es de ello. Ni existe desamor por Pep ni se vive del pasado. Guardiola es un personaje que siempre tendrá un lugar prioritari­o en el Barça y los aficionado­s blaugrana ya han pasado página, que es lo que deben hacer. Hay que recordar con respeto, pero sin obsesión. Nadie se empeñó nunca en que el Barça repitiera el magnífico equipo de les Cinc Copes que ganó todo lo que jugó (en aquella época no se jugaba más que aquello). El FC Barcelona ha ido evoluciona­ndo y el Barça de Basilea fue capaz de emocionar, el de Wembley de entusiasma­r y el de ahora concita ilusiones nuevas sin tener que ser copia de nada.

En los últimos tiempos el hilo conductor de los grandes éxitos ha sido Leo Messi, el jugador argentino que despuntó con Rijkaard, brilló con Guardiola y Tito y ha vuelto a su mejor versión con Luis Enrique. Nadie ha creado al monstruo. Se construyó solo y arrasaba en el cadete de Piqué como lo hace ahora ante cualquier gran rival de la Champions. Los número uno marcan las diferencia­s y Messi lo está haciendo. No siempre se puede ganar todo y el

Los socios blaugrana decidieron no mirar al pasado el miércoles en el Camp Nou ante el Bayern

fútbol es tan caprichoso que en ocasiones ha dejado fuera de las vitrinas a equipos mágicos, pero en esta década, el crack del Barça y del fútbol mundial ha sido Messi.

Reducirlo todo al impresiona­nte futbolista argentino también sería incompleto. El Barcelona debería empezar a huir del reduccioni­smo y empezar a sumar. Porque a Leo Messi hay que añadirle todos los grandes técnicos y los jugadores que han trabajado y han actuado a su lado, del nivel de Xavi e Iniesta, pero también de Puyol, Piqué, Busquets, Valdés, Alves, Abidal, Eto’o, Henry o la gran etapa de Ronaldinho y Deco.

El Barça no es grande ni por una ni por seis personas. Hay muchísima gente que ha cooperado a lo largo de estos 115 años de historia. Y no todos han ido en la misma línea. El reduccioni­smo es el primer paso para la división. La gente del Barça dejó muy claro que lo que quiere es ser feliz y lo es si el equipo se vacía (que lo hace) y gana (que lo está haciendo) con un fútbol ofensivo y combinativ­o (que no ha dejado de hacerlo).

Delante también hay rivales, y muy buenos. Esto no es un paseo. Cuanto más fuertes sean los adversario­s más mérito tendrá la victoria. Hoy, en Munich, el FC Barcelona va a tener delante una muy dura prueba de fuego en su camino hacia Berlín, ante un equipo alemán muy potente. Pero no se enfrenta al pasado. Se enfrenta al Bayern.

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