La Vanguardia

Richie Porte duerme en una caravana particular

- XAVIER G. LUQUE Barcelona

Desde su llegada al ciclismo el equipo británico Sky adquirió fama de innovador y su último invento está a prueba en el Giro: el líder del equipo, en este caso el australian­o Richie Porte, no duerme en los hoteles como sus compañeros sino en un autocar de lujo, un motorhome, apostado en las inmediacio­nes. “Es muy sencillo –explica Dave Brailsford, el mánager del Sky–. Todos los hoteles son distintos, con camas diferentes, y de esta manera nos garantizam­os un mejor descanso de nuestro líder. Cambiar de cama cada día no es la mejor opción”, añade.

No es aventurado suponer que la experienci­a de Porte servirá de ensayo para el Tour de Francia, donde Chris Froome probableme­nte repita la experienci­a. Por supuesto, si el resultado es positivo y la organizaci­ón francesa lo acepta, porque en el Tour suelen ser mucho más rígidos en la búsqueda de la absoluta igualdad entre los participan­tes.

“Se trata de un ensayo, es evidente”, comenta Tim Kerrison, entrenador personal de Porte (y de Bradley Wiggins y Froome). Y explica: “Por el momento no es más que un proyecto piloto. En cualquier caso mantenemos su habitación en el hotel, porque también puede darse el caso de que la ubicación de la caravana no sea la idónea, el aparcamien­to esté lejos o en una zona ruidosa, o cualquier otra incidencia, como cuestiones de seguridad”.

En el ciclismo no es raro que en las grandes vueltas de tres semanas el líder del equipo disponga de una habitación para él solo, mientras sus gregarios comparten habitación por parejas. Pero la primera revolución personal en la mejora de las condicione­s de descanso la dio el estadounid­ense Greg Lemond, cuando se presentó en el Tour de Francia acompañado de un equipo portátil de aire acondicion­ado que instalaba en su habitación (que compartía a menudo con su esposa, Kathy).

En aquellos tiempos era raro que los equipos ciclistas se alojaran en establecim­ientos dotados de climatizac­ión central y Lemond explicó que el calor le impedía descansar. Ahora ya no se trata de acondicion­ar una habitación, sino de llevarse la casa a cuestas.

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