Demasiado pequeñas
Para las pymes “crecer no debe ser una voluntad o una intuición, sino una necesidad”. Esta contundente frase cierra el último Observatorio de la Pimec, que compara el tamaño de las empresas catalanas con las españolas y europeas. El motivo de esta es la constatación de que las empresas catalanas son más pequeñas que las europeas. Aquí, las microempresas –menos de diez trabajadores– contratan a un 31% del total de los trabajadores, un porcentaje que sólo superan Bélgica, España e Italia y tienen un promedio de 1,7 empleados, frente a los 1,9 de media europea o los 2,8 en Alemania. ¿Incurrimos en error al hablar habitualmente de pymes cuando en realidad estamos ante micros?… Sobre el tamaño se me ocurre que deberíamos plantearnos dos preguntas, ¿por qué? y ¿para qué? El porqué lo responde el documento del Observatorio y alude a hechos histórico-culturales, como el individualismo o la relativa juventud de las empresas… En cuanto al para qué deben ser mayores, dudo que se plantee esta visión de necesidad desde dentro, con el ahogo del día a día. Por ejemplo, ¿hay conciencia de que existe una correlación entre rentabilidad y tamaño de pymes (sí, según la Pimec), ¿o que los niveles de productividad aumentan con el tamaño? ¿o que mejora la capacidad de acceso a la financiación y la de negociación con los proveedores?... Es razonable pensar que no siempre. ¿Desventajas? sí, las hay, pero menos. En cualquier caso, no olvidemos que nuestro tejido es una malla de micros. Ello, que puede explicar una falta de visión, supone también un gran potencial: desde más abajo se crece más y más rápido. Cuestión de aritmética.