La Vanguardia

Luces, cámaras y alcohol

ACTORES DE LA TALLA DE JULIE ANDREWS O FRED ASTAIRE HAN RODADO CON UNA COPA DE MÁS Y OTROS COMO JENNIFER LAWRENCE O DANIEL RADCLIFFE HAN SEGUIDO SU MAL EJEMPLO

- LORENA MONTÓN

Dar vida a según qué personajes puede ser algo complicado para algunos actores de Hollywood. El alcohol ha sido uno de los recursos que se han tomado como ayuda para meterse en la piel de sus personajes. Una gran cantidad de actores han ganado fama por pasar la mitad del tiempo en estado etílico, ya no dentro de la pantalla sino en su vida real. Errol Flynn, Johnny Depp, Robert Downey júnior, Ben Affleck, Mel Gibson o Robert Mitchum, en el ámbito masculino, y Elisabeth Taylor, Farrah Fawcett o Drew Barrymore, en el femenino, son algunos ejemplos.

Y es que en más de una ocasión, los rodajes se han convertido en una sala para las resacas. Lo que muchos desconocen es que algunos artistas han llegado a interpreta­r sus secuencias con unas cuantas copas de más en el cuerpo. ¿El resultado? Actuacione­s magistrale­s que no sólo fueron totalmente verosímile­s, sino que se han convertido en leyendas animadas de la historia del cine.

Apocalypse now, el oscarizado film que une a grandes como Marlon Brando, Harrison Ford, Robert Duvall o Martin Sheen, es el claro ejemplo de cómo el alcohol ayudó a que el resultado final fuera excepciona­l. Martin Sheen rodó la famosa escena en la habitación de un hotel completame­nte borracho. Las dificultad­es para vocalizar y los gestos de su personaje no se deben a una magnífica interpreta­ción sino a una borrachera de las de verdad. Incluso quiso pegar al director de la película después de las heridas que sufrió al romper un espejo. La filmación quedó con el mejor de los resultados posibles, aunque Martin Sheen estuvo a punto de dejarse la vida en ello. A sus 36 años, el artista sufrió un ataque al corazón debido al estrés, las drogas y el alcohol, y hasta un cura que había en el set de rodaje le dio la extremaunc­ión.

Otros que bordaron su interpreta­ción con unas cuantas copas de más fueron Brad Pitt y Edward Norton en El club de la lucha. El momento memorable en que lanzan unas pelotas de golf fue rodado con ambos actores totalmente ebrios. Según los intérprete­s fue una estrategia para dar mayor credibilid­ad a la escena. También se dan casos de artistas que se pasaron de la raya sin darse cuenta. Eso fue lo que le pasó a Anna Kendrick en la película Colegas

de copas, aunque el culpable de ello fue el propio director del film. La joven artista no está acostumbra­da a ingerir alcohol con lo que una pequeña cantidad le provocaba mareo. “Durante la escena me dieron cerveza falsa pero cuando estábamos rodando fue real. ¡Estaba súper borracha!”, explicó la actriz.

Lo mismo le pasó a Fred Astaire en Holiday Inn. El bailarín debía realizar una coreografí­a llamada “el baile borracho”. Para darle veracidad, Astaire bebió dos vasitos de alcohol antes de rodar. Pero cada vez que repetían el baile, el actor se volvía a tomar dos chupitos de bourbon. Finalmente se grabaron siete tomas de modo que Fred Astaire iba más que contentill­o. No obstante, sus pasos de baile fueron perfectos y nadie notó su estado.

Un caso parecido es el que protagoniz­ó Margot Robbie, la mujer de Leonardo DiCaprio en El lobo

de Wall Street. No contenta con abofetear con toda fuerza a su marido en la ficción hasta tener que pedirle disculpas, la actriz optó por el alcohol como recurso para templarse. La chica estaba tan nerviosa que echó mano a una botella de tequila, aunque sólo tres vasos fueron necesarios para qué se desinhibie­ra y sacara su escena adelante. Eva Mendes necesita un poco de alcohol antes de las escenas de sexo, el mismo sistema que emplearon Neve Campbell y Denis Richards en su momento lésbico en Juegos salvajes.

También hay actores que han trabajado bajo los efectos del alcohol por placer. Los actores que daban vida a los Blues Brothers, John Belushi y Dan Aykroyd, rodaron prácticame­nte toda el film bebidos. Jennifer Lawrence confesó haber participad­o en Los jue

gos del hambre: En llamas con bastante alcohol en sangre. La actriz se tomó unas cuantas piñas coladas con miembros del equipo porque estaba aburrida.

Sin embargo, los casos más sorprenden­tes los protagoniz­an dos actores que han sido iconos de películas infantiles. Daniel Radcliffe, el eterno Harry Potter, ha confesado que su alcoholism­o le hizo rodar parte de las películas del joven mago con unas copas de más. “Fui a trabajar estando borracho. Puedo señalar unas cuantas escenas donde estoy ido, con la mirada perdida. Tenía una personalid­ad muy adictiva”, se sinceró el actor el año pasado. Otro ejemplo que sorprende es el de Julie Andrews en su papel en

Sonrisas y Lágrimas. Para grabar la escena de Do, re, mi, la actriz tuvo que tomarse unos chupitos de aguardient­e para atreverse a cantar a la vez que tocaba la guitarra. Pero ella no fue la única que bebió en exceso en el recordado film: Christophe­r Plummer, el apuesto Capitán von Trapp, entonó Edelweiss en el festival de música completame­nte borracho.

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