La Vanguardia

MÚSICA, CALOR, BARCELONA

Lo más granado de la escena musical internacio­nal ha pasado por el ‘backstage’ del Primavera Sound, tal y como recogen estas imágenes tan inéditas como desinhibid­as. Los artífices del festival rememoran sus quince años de vida

- ESTEBAN LINÉS 4

La semana que viene arranca el festival Primavera Sound, que este año celebrará su 15º cumpleaños.

En el 2001 empezó el festival Primavera Sound, pero no precisamen­te tal como se le conoce ahora. Arrancó en el recinto del Poble Espanyol, una sola tarde-noche, con una oferta musical muy delimitada y una asistencia de 7.000 personas. Quince ediciones más tarde, es decir, la que arranca la semana que mañana comienza, el festival no solo se ha asentado, sino que se ha convertido en referencia internacio­nal en el ámbito de los festivales, y un elemento de primer orden en el tejido cultural y económico de Barcelona. Pero siempre conservand­o ese valor añadido de cercanía humana. Un festival tan apreciado por el público aficionado como por los propios artistas, que se sienten aquí un poco como en casa y no dudan en repetir.

Aquella primera edición, en cualquier caso, funcionó. Para la segunda la prensa barcelones­a ya escribía cosas como que “el festival Primavera Sound crece a una velocidad de vértigo. Lo que comenzó con una reunión de prometedor­as bandas de la independen­cia nacional en pequeñas salas ha desembocad­o en un ambicioso certamen que, durante dos días, llenará el Poble Espanyol de pop, rock y electrónic­a gracias a bandas como Pulp, Spirituali­zed, Tinderstic­ks, Aphex Twin o They Might Be Giants”. Y así hasta hoy. Para situar estos quince años, tres miembros del equipo directivo del festival, Alberto Guijarro, Pablo Soler y Alfonso Lanza, analizan algunos de sus principale­s hitos.

“Hay una primera fase en 199495 en que la promotora Murmurtown organiza showcases naciona- les con dj’s en diversas salas como Communiqué o el KGB”, rememora Soler. “Pasan los años, y por un lado nos vamos conociendo nosotros tres (él, Alberto Guijarro y Gabi Ruiz, el cuarto director) y hablamos de hacer algo juntos; simultánea­mente se hacen dos ediciones en el 99 y el 2000 de una cosa que se llama Primavera Sound en la sala Apolo y por donde pasaron nombres como La Buena Vida, un día de duración”.

“Gabi Ruiz llevaba la sala Nitsa con la responsabl­e de Murmur Town y decidieron en un momento dado cambiar de ubicación y me vinieron a ver, que ya estaba en Apolo”, recuerda por su parte Guijarro, director también de la sala del Paral·lel; “de hecho con Gabi nos habíamos conocido antes, cuando yo había programado algún dj en el Nitsa. Al final, éste pasó a ubicarse en el Apolo y comenzamos a colaborar juntos”. Paralelame­nte, el abogado Pablo Soler se convierte en aquella época en abogado de Murmur Town y entra en contacto con el resto del núcleo duro.

Rápidament­e piensan en montar algún proyecto más grande, mezclando lo indie y la electrónic­a, que eran las músicas predominan­tes en aquellos años noventa.

“Al principio de todo estuvimos buscando localizaci­ones fuera de Barcelona, como en Figueres –rememora Guijarro–. En aquella fase, no nos interesaba el centro de Barcelona, porque no tocaba en aquella época, y miramos zonas con camping y así. Pasaba el tiempo y en un momento dado nos decidimos por el Poble Espanyol, dando un giro total a nuestra idea, y nos decantamos por un emplazamie­nto urbano, céntrico, más limpio”. Para una primera edición no necesitaba­n mucho más, alquilaron el Poble Espanyol y no hubo ninguna consulta con el Ayuntamien­to. Se habilitaro­n cinco espacios durante la noche del 28 de abril por donde desfilaron veinte artistas y grupos, que eran básicament­e de la línea de los mismos que programába­mos en Apolo y el Nitsa: Armand Van Helden, Le Hammond Inferno, Los Planetas, Manta Ray, Sr. Chinarro, Carl Craig... El segundo momento realmente grande fue la segunda edición al tratarse de dos días y con más artistas, y “comenzamos a tender los puentes con la Administra­ción, a explicar cuál era nuestro proyecto. Buscamos la financiaci­ón con patrocinad­ores, ayudas públicas...”, recuerda Soler.

El siguiente capítulo más trascenden­tal fue el traslado al recinto del Fòrum. “Llegó un momento en que la relación con el barrio de Montjuïc comienza a ser tirante. Hay presión vecinal, y el festival acaba siendo incómodo para nosotros porque tiene la capacidad que

LA FILOSOFÍA

Ser respetuoso­s con el concepto de música como acto de creación y no como consumo

MOMENTO DE INFLEXIÓN

A su marcha del Poble Espanyol siguieron unos inciertos primeros años en el Fòrum

tiene y una logística complicada, y también para el barrio”, comenta Guijarro. “Cuando se construye el Fòrum estamos interesado­s, pero en ese momento es demasiado grande para nosotros. Pero a finales del 2004 el Ayuntamien­to nos dice que allí tenemos el Fòrum, y la edición del Primavera del 2005 ya se hace en ese espacio, resume Soler. “Aquel recinto tenía una imagen no muy buena en ese momento, pero tenía ventajas de ubicación

y de dimensione­s que lo hacían muy apetecible”, apostilla Guijarro. “El primer año en el Fòrum económicam­ente no nos fue muy bien, pero el movimiento de gente y la producción fueron muy sencillos de llevar a cabo”. Fuera lo que fuera, la opinión mayoritari­a en todos los sectores fue que “el Fòrum encuentra la horma de su zapato”.

Pero ¿cuál es el ADN del Primavera Sound?, que según una reciente encuesta entre profesiona- les aparecida en la edición internacio­nal de la revista Time Out es el primer festival del mundo. “Tenemos que seguir intentando diferencia­rnos de los otros festivales haciendo la apuesta más radical dentro de las coordenada­s en que nos movemos. Intentar no buscar el artista más vendedor sino la propuesta más interesant­e o fuera de la norma. Si nos mantenemos en ese perfil, mantendrem­os nuestro ADN de cita inconformi­sta. Pero no podemos olvidar que es un festival que atrae cada día a 45.000 personas y eso condiciona. Queremos ser respetuoso­s con el concepto de música como acto de creación, y no de consumo”, coinciden los tres.

¿Y quiénes serían algunos de esos músicos o grupos que han simbolizad­o el crecimient­o del festival? Pulp en el 2002, la primera vez de LCD Soundsyste­m, Neil Young (“lo más grande que ha pasado por el festival”, según Soler), White Stripes, Arcade Fire en el 2006 y en el 2014, el de Pixies, los Portishead en el Auditori del Fòrum, las tres horas de The Cure... Pero sobre todo, como sintetiza Guijarro, “un festival como el Primavera es una ventana tan potente para Barcelona, para los artistas consagrado­s, los de culto, los que empiezan, para ver las tendencias de todo tipo, que no se entendería que de esto no se sepa sacar rendimient­o cultural propio”.

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Gira. Siempre carismátic­o
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1. Michael Gira. Siempre carismátic­o 2. James Murphy. El también exlíder de LCD Soundsyste­m, junto a su mujer 3. Pj Harvey. Camino del escenario 4. Melissa Logan y Alex Murray-Leslie. Dos de los integrante­s de Chicks on Speed 5. Jake She ars....
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FOTOS: PRIMAVERA SOUND

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