Cleveland vuelve a la calle por otro policía exculpado
El agente disparó 49 veces a dos afroamericanos desarmados
Las falsas explosiones que surgían del tubo de escape del viejo Chevrolet con en el que el 29 de noviembre de 2012 circulaban Timothy Russell, de 43 años, y Malissa Williams, de 30, fueron confundidos con disparos por la policía de Cleveland, que organizó una espectacular persecución de la pareja. Participaron hasta 62 coches patrulla. Con el Chevrolet detenido, hasta 13 agentes dispararon a sus ocupantes 137 veces. Luego, el agente Michael Brelo, de 31 años, se subió al capó del Chevrolet y disparó al parabrisas. Alcanzó a Russell, el conductor, y a Melissa, sentada en el asiento del pasajero. En total, 49 veces disparó Brelo a la pareja. El juez ha considerado que como no está claro que los disparos de Brelo fueran los que causaron la muerte de Russell y Williams, el agente debía ser exculpado de todos los cargos que pesaban sobre él y la comunidad afroamericana de Cleveland volvió a tomar la calle. El juez es blanco; el policía, también, pero Timothy y Malissa eran afroamericanos. “Sin justicia no habrá paz”, gritaba por enésima vez la gente de Cleveland.
Timothy y Malissa murieron como Bonnie y Clyde, pero no eran precisamente unos gánsteres. Formaban una pareja con problemas mentales y de drogadicción. Durante la persecución intentaron avisar de que iban desarmados, como consta en las grabaciones de la propia policía, pero todo fue en vano. “El fiscal no ha demostrado más allá de toda duda razonable que el acusado Michael Brelo causó intencionadamente la muerte de Timothy Russell y Malissa Williams (...) el elemento esencial de la relación de causalidad no se probó”, señala el juez John P. O’Donnel, en su veredicto. El fallo también señala que los disparos del agente estaban plenamente justificados porque se sentía amenazado.
El agente Brelo rompió a llorar al escuchar la sentencia, porque se acababa de librar de 20 años de cárcel, pero la indignación se propagó en toda la comunidad afroamericana y las protestas surgieron de inmediato en una ciudad donde llueve sobre mojado. Uno de los sucesos más conmovedores de la violencia policial contra la población afroamericana ocurrió también en Cleveland hace apenas seis meses, cuando un agente mató a tiros a un niño afroamericanos de doce años, Tamir Rice, que jugaba con una pistola de juguete. Un vídeo mostró cómo los agentes llegaron prácticamente disparando al niño desde el coche. En ese caso, hasta el departamento de Justicia planteó una investigación federal ante la posibilidad de que la policía de Cleveland actuara con prejuicios racistas. Ferguson, Nueva York, Baltimore, los episodios de violencia policial contra afroamericanos desarmados y las consiguientes protestas , a menudo violentas, se han convertido en uno de los problemas más acuciantes del Gobierno fe- deral y de los ejecutivos estatales. Para calmar los ánimos el Departamento de Justicia anunció inmediatamente que revisará el caso. El alcalde de Cleveland, Frank Jackson, hizo un llamamiento para que las protestas fueran pacíficas y el jefe de policía, Calvin Williams, aseguró que el agente Brelo continuará separado del servicio. Pese a todo, las protestas continuaron con consignas como “las muertes de los negros importan”. En 35 casos resueltos, 21 agentes han sido absueltos.
El fallo sostiene que dispararon varios agentes y no está claro que los tiros de Brelo fueran los mortales